Hace unas semanas probábamos a fondo el nuevo Astra con el motor diésel 1.6 CDTI de 110 CV, convincente porque ese valor de potencia da bastante de sí en la carretera gracias a la rebaja de peso del compacto de Opel -hasta 200 kilos, según versión-, a la buena aerodinámica -Cx de 0,285- y a las seis marchas del cambio manual. Y si esa puede ser la elección lógica en gasóleo -por encima se sitúa la variante de 136 CV y pronto llegará otra con 160-, en gasolina no lo teníamos tan claro.
Hace unos meses ya nos pusimos al volante de toda la gama Astra en Eslovaquia, pero ahora hemos podido completar la prueba en tierras españolas durante bastantes kilómetros. La familia de gasolina, siempre con sobrealimentación e inyección directa, va desde el 1.0 Turbo tricilíndrico de 105 CV -es el usado en Adam y nuevo Corsa, pero con 10 CV menos- hasta el 1.6 Turbo de 200, pasando por el nuevo 1.4 Turbo, desdoblado en variantes de 125 y 150 CV.
125 caballos, compra maestra
Y de estas últimas, la primera se nos antoja como una 'compra maestra' porque empuja prácticamente tan bien como la de 150 CV y ahorramos 500 euros. De hecho, tienen el mismo par máximo -23,5 mkg-, aunque en el de 125 CV es constante de 2.000 a 4.000 rpm y en el de 150 'aguanta' de 2.000 a 4.500 vueltas. Y en prestaciones puras hay menos distancia entre la versión de 125 y 150 CV que entre el 1.0 Turbo de 105 y el 1.4 Turbo de 125. Un ejemplo: de 0 a 100 km/h, el Astra con 150 CV tarda 8,5 segundos, por los 9,5 de la versión de 125 y los 11,2 que emplea con el motor tricilíndrico, dotado de cambio manual de cinco marchas y que nos permite ahorrar otros 500 euros. Pero el cilindro 'ausente' se traduce en un sonido algo más feo y en una menor suavidad de marcha.
Los dos motores 1.4 Turbo comparten un gasto medio de 5,1 l/100 km, y su buena respuesta a regímenes bajos y medios permite acercarse a ese valor en carretera. El Astra 1.0 Turbo homologa aún menos -4,4 litros-, pero en tramos con mucha curva o a plena carga obliga a conducir un poco más 'al ataque' -su par máximo es de 17,3 mkg-, de modo que el consumo real también se dispara más.
Lástima que de los tres motores de gasolina más lógicos, el 1.4 Turbo de 125 CV sea el único no disponible con la caja automática.