El icónico LaFerrari, uno de los modelos más exclusivos de la prestigiosa marca italiana, continúa impresionando a coleccionistas una década después de su lanzamiento. Sin embargo, un prototipo único ha llamado la atención en el mercado de subastas, despertando preguntas sobre su valor y singularidad. Este prototipo, conocido internamente como F150 Preserve PS1, ha salido a subasta en Dubai, y se espera que alcance la sorprendente cifra de medio millón de euros.
La principal diferencia radica en su condición de prototipo, lo que significa que no está homologado para circular por carreteras públicas. A diferencia de su contraparte de producción, este LaFerrari no puede ser utilizado para desplazamientos cotidianos, ni siquiera en una pista de carreras, donde su velocidad máxima se limita a 48 km/h. Sin embargo, su exclusividad y rareza lo convierten en una pieza codiciada para eventos privados y colecciones de automóviles de lujo.
¿Qué características tiene este extraño Ferrari?
Este prototipo, pintado en una llamativa combinación de colores Rosso Corsa, negro mate y blanco, es una verdadera joya en términos de diseño y estética. Su interior, con asientos de cuero rojo y detalles en negro, refleja la atención al detalle característica de Ferrari. Además, con tan solo 16.412 kilómetros recorridos durante pruebas de desarrollo, este LaFerrari se encuentra en excelente estado y está acreditado con la certificación Ferrari Classiche.
Bajo su capó, el prototipo de este modelo italiano alberga un impresionante motor V12 de 6.3 litros, combinado con dos motores eléctricos, que producen una potencia total de 960 CV y 900 Nm de par máximo. Aunque su velocidad máxima es modesta en comparación con su versión de producción, las características técnicas y el legado de este prototipo lo convierten en una pieza invaluable para los coleccionistas y entusiastas de la marca.
¿Por qué vale tanto un prototipo?
El valor de este modelo de Ferrari se explica a partir de su exclusividad. Es muy raro que un prototipo salga de una empresa y sobre de todo de una como la del Cavallino Rampante. Es tan poco común que se explica por qué pagarían casi un medio millón de euros por tenerlo. Estamos hablando de un objeto casi único para muchos coleccionistas y sigue siendo una obra maestra de la ingeniería y el diseño automotriz.
El comprador no lo va a adquirir para hacerlo correr, que no puede por lo antes comentado, sino que claramente es para exposición. Para que la gente lo vea en su mansión o bien en algún museo personal que tenga. Con la velocidad que puede alcanzar, sería un desperdicio tener que sacarlo a andar por la calle. Tiene la capacidad de un coche de ciudad y sencillo al estilo Smart.
