Tanto la Ley de Seguridad Vial, como el Reglamento General de Circulación, al regular la obligación de uso del casco por aquellos conductores que conduzcan una moto, establecen que debe ser usado 'adecuadamente', por tanto es evidente que el uso adecuado implica, tanto la correcta colocación, como su correcto broche o cierre.
Además, se debe recordar que el casco siempre tiene que ser homologado o certificado según la legislación vigente, por tanto un uso indebido o el uso de un casco no homologado supondría cometer la infracción, al igual que si no se llevase el mismo, lo que podría suponer una sanción, por infracción grave, de multa por importe de 200 euros y la pérdida de tres puntos.