Pues entonamos el 'mea culpa' si no hemos sido capaces de explicar con claridad esta tecnología que ha incorporado Nissan en sus últimos crossover, como el Qashqai y el X-Trail. Y comentarte que no tiene nada que ver, efectivamente, con la que utiliza la sofisticada Clase S en Mercedes. En ambos casos una cámara frontal es la encargada de 'leer' o analizar la superficie que se encuentra por delante del vehículo. Como la calzada no es perfecta y existentes baches e irregularidades, la suspensión es la encargada de neutralizar esas imperfecciones.

La Clase S recurre a una suspensión adaptativa para realizar esa función, convirtiéndose en una especie de 'alfombra' mágica, ya que supera incluso los temidos 'guardias tumbados' sin que los ocupantes se percaten de ello. El esfuerzo tecnológico de Nissan ha sido enorme para dotar al Qashqai y al X-Trail de una dotación de vanguardia. Pero en este caso se recurre a otro tipo de solución. La cámara frontal también analiza la calzada, pero para neutralizar los movimientos de la carrocería provocados por las irregularidades del firme recurre a una frenada selectiva en las cuatro ruedas, tan sutil que los ocupantes no se percatan. Es un sistema efectivo, pero no tanto como el de la Clase S. En resumen, en Mercedes actúa sobre la suspensión y en Nissan sobre los frenos. Ésa es la diferencia.