La verdad es que no resulta tan eficiente la frenada regenerativa en un vehículo eléctrico como en otro como motor de combustión. La prueba es que cuando levantamos el pie del acelerador en un eléctrico la retención es mucho más evidente porque la carga de las baterías es más profunda. Ten en cuenta que son las encargadas de mover el coche. En ambos casos el principio es el mismo.
Se trata de aprovechar el calor que se produce al frenar y la energía cinética, y transformarla en electricidad, que pasa a las baterías. Esto no es nada nuevo, porque ya hace décadas que esta tecnología se emplea en los trenes eléctricos; y en la década de los 70 un prototipo llamado AMC Amitron utilizaba este método. La eficacia en un auto con motor de combustión es menor, como es lógico.
En los modelos que presumen de frenada regenerativa, al levantar el pie del acelerador o al pisar el pedal del freno con suavidad, el alternador pasa a actuar como generador, cargando la batería que da servicio a todos los sistemas eléctricos del vehículo. De esta manera no es necesario recurrir a hacerlo con el propio motor, reduciendo, por lo tanto, el consumo. Si pisamos el freno con fuerza ya no resulta eficaz, pues son los propios frenos hidráulicos los que ejecutan la acción.