La lógica es una cosa, pero al final es un elección muy personal, así que vamos a tratar de poner lo mejor y lo menos bueno de ambas versiones en un producto que, francamente, resulta muy atractivo, como es el Peugeot 308.
No nos indicas el nivel de potencia elegido entre ambos propulsores, así que vamos a ir con los que nos parecen más destacados por su rendimiento y consumo. Aunque hay versiones de menor potencia, el motor diésel 1.6 BlueHDI de 120 caballos y el gasolina 1.2 PureTech de 130 CV destacan por su gran rendimiento y unos consumos muy reducidos. El primero dispone de un aditivo de urea que le convierte en una de las mecánicas más limpias que ahora mismo se ofertan en el mercado. Su consumo de 3,1 litros también es de récord y su rendimiento, bien gestionado por una caja manual de seis relaciones, es excelente.
Ahora vamos con tus 'temores'. Es cierto que cuando se habla de un motor de tres cilindros enseguida viene la idea de que los números impares son sinónimo de vibraciones. Comentarte que ya no es así. El motor 1.2 de 130 CV resulta muy refinado en su funcionamiento, goza de unas recuperaciones a bajo régimen sorprendentes (muy similares a la del diésel) y permite disfrutar más porque ofrece un margen de revoluciones más amplio. Dicho esto no tienes que preocuparte, porque no será un infierno de ruidos y vibraciones en el volante. Ni mucho menos.
En cuanto al consumo, la variante de gasolina ofrece una cifra homologada de 4,7 litros, un dato superior al del diésel, pero igualmente muy atractivo. Eso sí, este tipo de motores de baja cilindrada en gasolina consumen poco en un conducción sosegada. Si incrementas el ritmo el consumo se dispara mucho más en proporción que un cuatro cilindros.
En cualquier caso, con tu kilometraje anual y la diferencia de precio entre ambos (1.600 euros con el acabado Active) la amortización llegaría a partir de los 62.500 kilómetros, es decir, en poco más de cinco años. Tú decides…