Es algo habitual, pero no solo en Mercedes, también en Audi y BMW. En estas marcas se suele limitar la velocidad máxima electrónicamente a 250 km/h. Sinceramente ya es una cifra que colmará las expectativas de cualquiera, pero para saciar tu curiosidad, en el caso del SLK, que acaba de renovar y actualizar su gama de motores, tanto la versión 350 de 306 CV como el 55 AMG de 421 CV cuentan con esta limitación.
En el 55 AMG se puede 'arreglar' con el AMG Drivers's Package, llegando hasta los 280 km/h y ofreciendo un curso de conducción, eso sí, al módico precio de 4.000 euros…