El mero hecho de que en la foto que nos envía la Administración la matrícula parezca borrosa no implica, por sí sólo, que se vaya a anular la multa.
Debemos pensar que como la foto que nos envían no suele ser original, sino que se nos adjunta una fotocopia de la misma, es posible y muy probable que en el expediente se encuentre una fotografía mucho más nítida. Precisamente por ese motivo si la foto que recibimos fuese borrosa, y no se distinguiese correctamente la matrícula, se podría acudir al organismo para ver el expediente y comprobar si la foto que consta en el mismo es más clara. Nunca se deberá pedir por escrito, porque en ese caso se consideraría que se están presentando alegaciones y se estaría perdiendo la posibilidad de pagar con bonificación.
Finalmente, si tras revisar el expediente observásemos que, efectivamente, la fotografía no acredita la matrícula del vehículo infractor o genera dudas sobre los dígitos o letras de la misma, se podrían formular las alegaciones basadas en ese motivo, pero siendo siempre conscientes de que, en ese caso, se pierde el derecho al pago bonificado.