La conducción autónoma va mucho más deprisa de lo que parece. De hecho, ya habría modelos de marcas que podrían circular con esa tecnología, pero todavía falta para que se pueda homologar en los diferentes mercados, amén de afinar muchas cosas. Pero la tecnología, en principio, está muy desarrollada.
Otro cosa es que como no se pueda aplicar al cien por cien, nos tenemos que contentar con un tipo de conducción semiautónoma que, como bien dices, ya portan algunos modelos, principalmente de gama alta, pero no en exclusiva.
Se consigue mediante una batería de asistentes que son capaces, mediante cámaras, radares y sensores, de leer las líneas de la carretera y las cunetas, reconocer vehículos, peatones o ciclistas, y acoplarse a las condiciones reales de tráfico. Por eso podemos programar una velocidad y una distancia, y el vehículo acelerará, frenará y mantendrá la trayectoria por sí mismo.
Esto es muy útil, por ejemplo, en largas retenciones, donde podemos circular en caravana sin pisar los pedales. Estos asistentes también permiten, en mayor o menor grado -depende del fabricante-, soltar las manos del volante, pero no indefinidamente. A los pocos segundos nos avisará de que lo sujetemos.
Por lo tanto, el coche circulará por sí mismo solo un instante, pero actualmente avisa porque tiene que verificar que el conductor está pendiente. Si no se hace, primero avisará para llamar la atención, y si no se coge el volante incluso puede llegar a detener el vehículo. En otros casos simplemente se desactivará el sistema.