Efectivamente hay empresas especializadas en la reparación de lunas del automóvil, pero hay un límite porque no todas las roturas o grietas tienen arreglo. Si lo haces a tiempo todo se hace en un par de minutos y queda como nuevo. Para ello hay que limpiar escrupulosamente la zona, se crea el vacío sobre la rotura con una máquina y se rellena el hueco con una resina especial. A continuación se seca con luz ultravioleta y más tarde se pule la zona de impurezas.

Esto es la teoría, pero en la práctica tienes que tener en cuenta que si la rotura lleva ya tiempo y es considerable, con una grieta creciendo como dices, quizás lo más aconsejable es que cambies la luna. Y lo mejor sería hacerlo cuanto antes por motivos de seguridad. Un consejo: en caso de que te encuentres el parabrisas helado debido a las bajas temperaturas de las últimas semanas, lo indicado es que utilices un spray específico con alcohol o una rasqueta. Si lo haces con agua caliente o utilizando el aire de la calefacción, el cambio tan brusco de la temperatura puede provocar su rotura.

A veces no somos conscientes de la merma en seguridad que significa llevar una luna en mal estado. El parabrisas ofrece hasta un 30 por ciento de la resistencia estructural del vehículo, y en algunos casos el airbag se apoya en él al desplegarse tras un accidente; y si no está bien, puede romperse o saltar y el airbag no cumpliría tan eficazmente su función.