Pues es cierto que se puede realizar la conversión, aunque debes acudir a un instalador autorizado para ello, ya que la transformación es más compleja que la que se realiza para el GLP. Y la seguridad ante todo. Además deberás cumplir con toda la homologación y legislación existente en este sentido.

En primer lugar comentarte que no todos los modelos de gasolina se pueden someter a la transformación sin más y, de ser posible, solo los que cumplan con la normativa Euro 6 podrán optar a la etiqueta medioambiental ECO. No haces referencia a un vehículo en concreto por lo que no podemos adelantar el coste, ya que varía en función del modelo en cuestión. Como dato se incrementa más o menos en un 30 por ciento con respecto a una transformación de GLP (Gas Licuado del Petróleo).

Para disfrutar de GNC normalmente hay que instalar una toma de carga, un depósito que almacena el gas a unos 200 bares de presión, una válvula para el depósito, un filtro para el GNC, un regulador de presión, inyectores, una centralita, un conmutador y un manómetro.

En cuanto a la pérdida de rendimiento apenas lo notarás en un motor de inyección directa, pese a que el poder calorífico del GNC es de 2.063 kcal/litro, mientras que la gasolina ronda las 8.000. Por eso cuando circules con GNC consumirás algo más, pero es mucho más económico para el bolsillo.