«Lo más frustrante es cuando estás en una batalla y no puedes adelantar, ni siquiera acercarte». Alonso no podía resumir mejor la situación de Ferrari, que se acentuó en el circuito de Notre Dame a pesar de las expectativas creadas con las últimas evoluciones aerodinámicas y de motor.
Problemas de entrega de potencia y tracción, de funcionamiento del sistema de recuperación de energía, de velocidad punta… Alonso era la viva imagen de la decepción al final de la carrera. Ya resulta difícil dar las mismas explicaciones, prueba tras prueba. «Ganar a mi compañero, e irme a casa», parece ser el único objetivo del piloto español, además de recordar su apabullante balance sobre Kimi Raikkonen en 2014, el piloto que, se suponía, llegaba a Ferrari para 'ponerle las pilas'. De momento, son 69 puntos a su favor por los 18 del piloto finlandés. Es el único consuelo.