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Fiat Panda Cross. Minicorrecaminos

El Fiat Panda Cross es una mezcla entre hormiga atómica, correcaminos y el demonio de Tasmania. Y es que el pequeño pandita se arma hasta los dientes para no sólo ser un aventurero en toda regla como ha venido demostrando la versión 4X4 hasta ahora, si no también parecerlo. El Fiat Panda 4X4 es desde hace mucho tiempo el utilitario de batalla para todo aquel que tiene una casa en el monte, una finca con un infernal camino de acceso o simplemente del que vive todo el año en zona de nieves, estaciones de esquí y parajes nevados en general, como puede ser la zona de los Pirineos o de los Alpes, lugares donde el Panda de tracción total está de moda entre usuarios de alto poder adquisitivo.

Para empezar, nueva imagen

Pero Fiat ha querido darle una vuelta más de tuerca al utilitario más valiente fuera del asfalto. Para empezar lo ha disfrazado de todoterreno con un nuevo paragolpes dotado de una gran placa protectora de bajos, nuevos grupos ópticos, marcados pasos de rueda, molduras protectoras, nuevas barras de techo… Desde luego discreto no es, pero impactante sí.

Dentro también hay cambios

Por dentro, el Panda Cross se caracteriza por un atractivo salpicadero repleto de personalidad y unos asientos forrados de un material técnico muy sufrido y práctico. Prácticamente todo es información y mandos conocidos de otros Panda, salvo el selector «Terrain Control», la estrella que de alguna manera remata un sistema de tracción total bastante completo y eficaz con dos diferenciales y un embrague central de discos múltiples. La rueda giratoria permite adaptar la tracción integral a las condiciones de marcha, pudiendo elegir entre tres modos: Auto, Off-road y «Hill Descent Control». En modo Auto, el par se distribuye entre los ejes en función de las necesidades, aunque en asfalto adherente el 98 por ciento de la fuerza se la va a llevar el tren delantero. Si momentáneamente (por culpa de un charco, tierra o una placa de hielo) las ruedas delanteras patinan, el embrague de accionamiento hidráulico es capaz de transferir el par máximo al eje trasero en una sola décima de segundo.

En modo Off-road, el sistema ELD (Electronic Locking Differential) bloquea el reparto de par entre los ejes hasta 50 km/h de forma que las cuatro ruedas del Cross siempre tienen la mejor tracción, y el sistema también inhibe la actuación del control de tracción para sacar el máximo partido al motor. La última posición del mando acciona el control de descensos que mantiene el vehículo a una velocidad constante durante el descenso de pendientes pronunciadas en condiciones de adherencia precarias y sin que el conductor se tenga que preocupar de tocar el pedal de freno.

Mayor altura libre y mejores ángulos

Adicionalmente el Panda Cross tiene una mayor altura libre al suelo (161 mm) y unos ángulos todoterreno que mejoran a muchos rivales de cierto nivel y prestigio. Así, el ángulo de ataque es de 24º, el ventral, de 21º y el de salida, de 34º. El Cross puede superar una pendiente máxima del 70 por ciento, una pendiente lateral del 55 por ciento y vadear un paso de agua de hasta 739 mm.

El Panda Cross está disponible con dos motores de 90 caballos en gasolina y 80 en diésel. Se trata de mecánicas potenciadas (incluso con un desarrollo acortado en 1ª), pero que se quedan algo justas de prestaciones en un modelo de mayor peso y cuyo chasis reforzado admitiría motores más potentes. También el tema precio se vuelve un poco en contra al hablar de un coste de partida de 19.460 euros, una cantidad algo elevada similar por ejemplo a la de un Suzuki Vitara.