La carrera por la supervivencia ha llevado a los fabricantes 'premium' a convertirse en fabricantes de gran volumen. Consecuentemente, la exclusividad de sus productos ya no es la que era, y para seguir alcanzando ese plus de distinción/rentabilidad no dudan en potenciar sus divisiones M, AMG, RS, etc. Jaguar, por su parte, hace la guerra a su manera. Si bien la marca británica todavía es pequeña en volumen, opta al crecimiento con la misma legitimidad que sus rivales alemanas, y entretanto abre una nueva vía de negocio con su división Special Vehicle Operations (SVO), que, de paso, se extiende también a Land Rover.
El negocio del lujo va viento en popa para los especialistas del automóvil. No hay más que ver sus niveles de ventas. Pero a diferencia de Bentley o Rolls-Royce, Jaguar es una marca más terrenal. Querida en su país y admirada fuera de las Islas Británicas, reúne todos los ingredientes para seducir a una clientela monopolizada por unos fabricantes muy determinados como son BMW, Mercedes-Benz y Audi, a pesar de los esfuerzos de Volvo, Alfa Romeo, Cadillac, Lincoln o las más jóvenes Lexus, Acura e Infiniti.
Rivales de M, AMG, RS…
El sector más duro y exigente de ese mercado, el de los líderes de opinión, es precisamente al que van a dirigirse los nuevos SVO de Jaguar Land Rover para competir con los M, AMG, RS, etc. Jaguar Land Rover busca una relación íntima con ellos: «Estrechar y personalizar aún más la relación con los más exigentes clientes de ambas marcas; ofrecer productos y servicios que nuestros clientes amarán durante el resto de sus vidas…». Éstas eran algunas de las palabras de John Edwards, director general de Jaguar Land Rover Special Operations, cuando anunció los objetivos de esta nueva división.
John Edwards ha sido el artífice del relanzamiento de Land Rover, y ahora le toca otro desafío no menos atractivo: introducir nuevas dosis de magnetismo que se asocien automáticamente a ambas marcas, y hagan crecer su notoriedad entre los sectores más jóvenes de la sociedad. Esto es hoy algo posible, pero hace unos años no lo era tanto. Porque si bien entonces Jaguar participaba en Fórmula 1, hoy dispone de un bagaje tecnológico más extenso, cuyas enseñanzas son compartidas con Land Rover. Ahí es donde radica actualmente su gran fuerza.
«Trabajando sobre la actual gama y los próximos lanzamientos de Jaguar Land Rover, el equipo de SVO fabricará modelos únicos que destacarán tanto por la exclusividad y calidad de sus materiales como por sus altas prestaciones». Esta declaración de principios de SVO abre la puerta a una amplia lista de actividades: vehículos especiales, encargos a medida, y un nuevo catálogo de productos de marca.
150 personas encargadas de esta división
Paul Mewsome (ex de Williams Advanced Engineering, que desarrolló el Jaguar C-X75) es el director de SVO, con una plantilla de 150 especialistas y un centro técnico de nueva construcción. Actualmente su trabajo marcha a un ritmo endiablado, y en el Concurso de Elegancia de Peeble Beach, que se celebra en California a mediados de este mes mostrarán ya 3 de sus creaciones:
-Range Rover Sport SVR. Versión de altas prestaciones, dotada del motor V8 sobrealimentado de los Jaguar R-S. Es el SUV más rápido en el Nordschleife de Núrburgring: 8 minutos y 14 segundos.
-Jaguar F-Type Project 7. Versión USA de la serie limitada de 250 unidades; las 65 asignadas al mercado británico, cuyo precio es de 170.000 euros, ya están adjudicadas.
-Nuevo Lightweight E Type. Primer prototipo de los reeditados Lightweight 3.8 6 cilindros. Lucirán los números de chasis que les fueron asignados hace 50 años.