comscore

Opel Adam Rocks. El Adam aventurero

Apenas dos años después de que viera la luz el Adam, Opel va un paso más allá y lanza en un tiempo récord un vehículo tan exclusivo que prácticamente no tiene rivales en su segmento. La moda «crossover» llega a los utilitarios gracias al Adam Rocks, un vehículo ideal para enfrentarse a la «jungla» urbana y que no renuncia a retos mayores, como circular por pistas de tierra; sin demasiadas complicaciones, eso sí.

Más altura libre al suelo

No cabe duda de que este nuevo vehículo no pasa desapercibido por su imagen fresca y robusta. Con las protecciones que rodean la carrocería ha ganado «músculo» y ha provocado que su longitud alcance los 3,75 metros, es decir, casi cinco centímetros más que el Adam normal. También se ha incrementado la altura libre al suelo en 15 milímetros para resultar más solvente fuera del asfalto o por carreteras en muy mal estado. Nada más, porque no hay que buscar soluciones extra en forma de tracción total o controles electrónicos que nos ayuden sobre firmes con poca adherencia. Tampoco es su cometido.

Esta mayor altura ha provocado modificaciones en el chasis, con ligeros cambios en la geometría del eje trasero. La dirección es ahora más directa, cuenta con la función City (más asistencia para facilitar las maniobras a baja velocidad en las urbes), y se ha reforzado el tarado de muelles y amortiguadores.

Techo eléctrico con capa intermedia de neopreno

Uno de los rasgos de su fuerte personalidad viene marcado por el techo de lona eléctrico. Consta de tres capas, y en apenas cinco segundos deja al descubierto las cuatro plazas, operación que se puede realizar en marcha hasta los 140 km/h.

La incorporación del techo no ha variado la estructura ni las cualidades del vehículo, que sigue montando un portón trasero y mantiene la misma capacidad del maletero, que es poco generosa: 170 litros. Con dos maletas tipo «trolley» ya tenemos que comenzar a jugar al «Tetris» para que entren.

Nuevo motor SIDI de 3 cilindros

El atractivo del Adam Rocks no se queda ahí. Este modelo estrena una nueva familia de motores. En este caso se trata de un 1.0 tricilíndrico de gasolina que ofrece dos niveles de potencia: 90 y 115 caballos. Ambos ya están disponibles también en el Adam. La versión de 90 CV alcanza una velocidad máxima de 180 km/h, acelera de 0 a 100 km/h en 11,9 segundos y homologa un consumo medio de 4,5 l/100 km. Por su parte, con el motor de 115 CV, el Opel Adam Rocks alcanza una velocidad punta de 196 km/h, necesita 9,9 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h, y su consumo medio se sitúa en los 5,1 l/100 km.

La oferta se completa con los conocidos 1.4 de 87 y 100 CV, respectivamente. Es cierto que cuatro motores de gasolina con tan escaso margen de potencia parece un abanico algo exagerado, pero las razones son meramente económicas, ya que estos últimos serán más asequibles.

Nueva también es la caja manual de seis relaciones que se asocia a los nuevos 1.0 de tres cilindros dotados de inyección directa y turbo. Más compacta y ligera, también goza de un mejor guiado y una mayor precisión.

En nuestra toma de contacto por carreteras de Letonia (juro que no volveré a quejarme del estado de las nuestras) tuvimos ocasión de rodar con la variante de 115 CV. Salvo en frío es difícil adivinar que se trata de un tricilíndrico, empuja con fuerza desde bajo régimen, resulta tremendamente elástico y apenas transmite vibraciones al interior. Es un vehículo muy agradable de conducir, y por su dinámica parece que estamos al volante de un coche más grande.

La guinda la pone un equipamiento que contempla asientos y volante calefactables, una alerta del ángulo muerto a través de los retrovisores, un asistente de aparcamiento automático o el completo sistema multimedia IntelliLink. En cuanto a los precios, arrancarán en los 17.000 euros de la versión 1.4 de 87 CV.