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Honda Civic/Opel Astra/Peugeot 308/Renault Megane/Seat León. Cinco grandes negocios familiares

Si tuviésemos que resumir en unas pocas líneas los hábitos de los españoles podríamos contar que comemos y cenamos mucho más tarde que el resto de europeos, que solemos echarnos la siesta cuando podemos y que en nuestra dieta hay más pescado que en los países del entorno. Pero nosotros añadiríamos: «y nos gustan muy poco los coches de carrocería familiar». Sorprende lo «permeables» que hemos sido últimamente a nuevos tipos de automóvil, como los vehículos monovolumen y todocamino, y lo reacios que somos desde hace décadas a las «rancheras». Quizás porque hubo una época en que las ambulancias solían ser Renault 12 familiares y la Policía Nacional usaba esa variante del Seat 131. O quizás porque damos más importancia a la imagen que a la funcionalidad, aunque este argumento se desmorona si echamos un vistazo a los últimos diseños, pues ya hay quienes reconocen que algunos familiares son tan bonitos o más que los modelos de los que derivan. La cuestión estética es siempre personal, pero el que esto escribe va en esa línea.

Más habituales en el resto de Europa

En el centro o el norte de Europa las matriculaciones de las variantes familiares llegan a superar las del coche «normal», e incluso en otros países del arco mediterráneo se venden mejor que aquí, como es el caso de Italia, donde no sólo las familias con niños sino también gran parte del público joven prefiere los «break», «station wagon»,»touring» y demás porque se adaptan mejor a los nuevos estilos de vida y, sobre todo, a la práctica de deportes que requieren capacidad de transporte, como el ciclismo, la escalada o el submarinismo.

La oferta actual de modelos familiares es enorme, pues encontramos desde variantes derivadas de utilitarios, como el Seat Ibiza ST o el Renault Clio Sport Tourer, hasta los que parten de lujosas berlinas de representación, como Audi A6, BMW Serie 5, Jaguar XF o Mercedes Clase E. Pero esta vez nos quedaremos en el centro para analizar cinco modelos que toman como base coches compactos, un quinteto en el que figuran tres productos de aparición muy reciente: Honda Civic Tourer, Peugeot 308 SW y Seat León ST. Y frente a ellos, dos valores seguros en el segmento: el Renault Mégane Sport Tourer y el Opel Astra Sports Tourer. Llama la atención, por cierto, el creciente uso del vocablo 'sport' en las denominaciones de los familiares, lo que probablemente tenga que ver con el deseo, por parte de las marcas, de «enganchar» a ese público joven antes citado.

Maleteros enormes

Precisamente sobre estas líneas aparece ante nosotros uno de los principales argumentos de nuestros protagonistas: el maletero. Y es que cuando levantemos el portón de cualquiera de estos cinco modelos la frase que más escucharemos será «madre mía, aquí cabe todo». Y si abatimos el respaldo posterior, que en los cinco coches viene partido en secciones asimétricas, nos sentiremos capaces de afrontar pequeñas mudanzas o visitar la tan de moda tienda sueca de muebles sin miedo a que luego no quepa la estantería o la mesa.

Y como éste es un capítulo esencial cuando probamos familiares, le dedicaremos un poco más de atención, porque no basta con los fríos datos homologados por cada fabricante y parecen necesarias ciertas explicaciones complementarias.

Hasta 624 litros con cinco plazas y 2,67 metros de largo

Por ejemplo, con las cinco plazas en uso el que más capacidad anuncia es el Honda, con 624 litros, aunque en ese valor se incluyen los 117 litros que cubica el enorme doble fondo -de 86 centímetros de ancho por 57 de largo y 27 de profundidad- que hay bajo el suelo. Casi un sótano. La segunda plaza es para el Peugeot, con 610 litros «de verdad», mientras que el Seat ocupa la tercera posición, con 587 litros que también podemos definir como «de verdad». El siguiente puesto en esta clasificación le corresponde al Renault, pero en sus 524 litros van incluidos los 38 que hay bajo el suelo de carga, mientras que el Opel, que curiosamente es apreciablemente más largo por fuera que sus cuatro rivales, muestra el dato más modesto: 500 litros. Pero ojo, porque si el coche alemán monta kit de reparación de pinchazos -así es como viene de serie- debajo tendremos 73 litros extra -es un doble fondo bajito pero muy extenso-, y si pedimos rueda de repuesto también 'sobrevive' algo de espacio suplementario: 26 litros cuando el neumático es 'de emergencia' y 19 si es de medida normal. O sea, que conviene echar cuentas si somos de los que estudiamos las cosas al milímetro; aunque todos son amplísimos.

Y abatiendo la segunda fila casi se perderá la vista en el infinito. Ahí sigue mandando el Civic, con 1.668 litros, seguido de cerca por el 308 -1.660 litros- y el Mégane -1.600-, y a más distancia por Astra -1.550 litros- y León -1.470-, aunque el modelo español puede presumir de un dato importante: si pagamos los 70 euros que cuesta el asiento del copiloto abatible la longitud interior máxima de carga -desde el portón hasta la guantera- es de 2,67 metros. Entre sus rivales, sólo el Mégane ofrece esa funcionalidad, y la longitud máxima en el galo es de 2,55 metros… que ya está bien.

Equipamiento enfocado a la practicidad

Puestos a hablar de detalles prácticos, conviene resaltar otros elementos que nos han encantado. Hablamos, por ejemplo, de los gatillos liberadores que permiten tumbar los respaldos de la segunda fila desde la boca de carga del maletero, un dispositivo sencillo pero muy útil que hallamos en Peugeot, Seat y Opel, aunque en este último pagándolo aparte. Nos referimos también al sistema FlexFix del Astra -cuesta 837 euros-, con el que podremos transportar fácilmente dos bicicletas en un «cajón» que se extrae del paragolpes trasero; y al asiento posterior Magic Seat del Civic, que nos parece todo un invento: además de tumbar el respaldo hacia delante para crear un suelo de carga plano, como en sus rivales, podremos bascular la banqueta hacia atrás -hasta juntarla con el respaldo- para crear un espacio amplio y muy alto -117,5 centímetros de suelo a techo- en el que transportar, por ejemplo, unas plantas en maceta o unas sillas. La clave está en la reubicación del depósito de combustible, pues si normalmente está debajo de la banqueta trasera, en los Civic se sitúa en el centro del coche, bajo las plazas delanteras. Lástima que la marca japonesa no remate la faena con un respaldo de copiloto abatible y unos gatillos liberadores para tumbar la segunda fila desde el maletero, porque su versatilidad interior sería ya insuperable. En su contra, eso sí, recordaremos que no lleva rueda de repuesto, elemento que ya sea de serie o en opción sí encontramos en sus rivales.

Amplitud interior de nivel, en todos

Pero la palabra 'familiares' nos recuerda que, además del equipaje, este tipo de coche sirve para llevar… a la familia. Abandonamos el espacio de carga para analizar el área habitable de nuestros protagonistas, y para ello volvemos a sacar la cinta métrica. No tiene mucho sentido entrar en detalles con las plazas delanteras porque en los cinco viajaremos cómodos -nos referimos al espacio-, aunque podemos resumir que Civic y León son los más anchos en esa zona, o que Mégane y León ofrecen la mayor altura al techo. Importa más lo relativo a la segunda fila, sobre todo si quieren viajar ahí tres adultos o tres chavales de 15 años -las estaturas de los «niños» son ahora de aúpa-, por no hablar de situaciones extremas, como dos sillitas infantiles en los extremos de la banqueta y la suegra en el centro. Son ejemplos en los que cada centímetro cuenta; y para enfrentarse a ellos el mejor preparado es el Astra, con 134 centímetros de ancho al nivel de las caderas, seguido por los 133 centímetros del Civic y los 130 del Mégane. Los peores en ese capítulo son León y 308, con 129 y 127 centímetros de anchura interior, respectivamente. Menos diferencias hay en cuanto a la altura al techo porque todos ofrecen una cota más que correcta -gana de nuevo el Opel, con 97,5 centímetros-; y sucede lo mismo con la distancia para las piernas, generosa en los cinco pues va de los 71,5 centímetros del Peugeot a los 73 de Renault y Seat, aunque en el coche de Martorell ese valor tiene un mérito especial, pues los respaldos incluyen mesitas abatibles tipo avión, que siempre roban unos centímetros. Pensando en el quinto ocupante -el pasajero central posterior siempre es el peor tratado- hemos medido el tamaño de los túneles centrales, a veces tan molestos para colocar los pies: el del Civic es el que sobresale menos -6 centímetros- y el del León se alza demasiado -19,5 centímetros-, aunque también es el más estrecho -16 centímetros-, mientras que el más ancho -22,5- es el del Mégane. Por cierto: Opel insiste en ofrecer como una opción el tercer reposacabezas trasero, y aunque su precio es bajo -48 euros- no parece de recibo a estas alturas por la vital importancia de ese elemento en un accidente.

Infinidad de huecos para pequeños objetos

La amplitud cuenta, pero en la vida a bordo influyen otros factores. El de la practicidad está bien resuelto en los cinco porque hay bastantes huecos para guardar cosas, aunque se aprecia un esfuerzo especial en el León ST, que tiene una guanterita con tapa a la izquierda del salpicadero, un cajón bajo cada banqueta delantera, las citadas mesitas traseras que solemos ver sólo en vehículos SUV o monovolumen… Y si hablamos de diseño o aspecto saltan a la vista enormes diferencias. Por ejemplo, las marcas francesas apuestan por un cierto minimalismo, que se percibe en detalles como la sencilla instrumentación del Mégane -se corresponde más con un coche del segmento inferior- o la casi total ausencia de botones en la consola del 308, pues los responsables de Peugeot encomiendan a la enorme pantalla táctil -9,8 pulgadas- multitud de funciones, lo que exige un cierto periodo de aclimatación y tiene cosas buenas y cosas no tan buenas. De hecho, en la redacción no nos ponemos de acuerdo al respecto, pues los más habituados a usar «tablets» parecen encantados con esa solución mientras que otros somos más del botoncito tradicional. El Renault también tiene pantalla grande -7 pulgadas-, y vinculada al navegador como equipo de serie, pero en este caso se maneja desde un mando multifunción -con rueda y botones- ubicado entre las banquetas.

Decíamos que a algunos nos gustan los botones, aunque en el Opel quizás sean demasiados, y cuesta un poco habituarse a encontrar las cosas en la abigarrada consola central. Además, la pantalla a color, de 7 pulgadas, es una opción ligada al navegador o a equipos de sonido de mejores prestaciones que el de serie.

Los otros dos, Civic y León, equipan pantalla de 5 pulgadas, aunque en el modelo de Seat puede pedirse una más completa, de 5,8 pulgadas, que también puede conseguirse montando el recomendable paquete iTech, que por 590 euros incrementa mucho la dotación del acabado Style Ecomotive. Y mientras que Seat apuesta por un diseño algo más clásico, con todo situado donde es más habitual -relojes, mandos de audio y climatización…-, en Honda son fieles a una atmósfera vanguardista, pues por el tablero se distribuye instrumentación analógica y digital. Es, quizás, el puesto de conducción más original junto con el del Peugeot, que emplea un volante muy pequeño y sitúa los relojes en una posición más elevada de lo normal para que no apartemos la vista de la carretera. Extraña durante unos minutos, pero al final te acostumbras y acaba teniendo su gracia.

Del interior hay muchas más cosas que contar. Por ejemplo, los asientos que menos nos han gustado son los del Astra, que no sujetan demasiado bien en curva, aunque en opción se ofrecen unos de diseño deportivo: 491 euros si la tapicería es de tela y 1.164 con la de cuero. Sin duda, el Opel es el más configurable de los cinco, porque la lista de extras es casi interminable. Se le acerca mucho el Seat, también con una lista de opciones muy completa y al que le sucede algo similar: butacas de serie sin mucha forma y asientos en opción más convincentes.

Todos con motor diésel de 1.6 litros

No obstante, todo lo referente a acabados y dotación dependerá mucho de la versión elegida, un punto donde Renault nos limita demasiado, pues el Mégane Sport Tourer con motor 1.6 dCi sólo se ofrece con el completo nivel Bose, lo que se refleja en el precio: 26.500 euros, que ahora se quedan en 24.000 gracias al descuento vigente. Honda se sitúa en el extremo opuesto, ya que su Civic Tourer con motor 1.6 i-DTEC se ofrece con los niveles Comfort, Sport, Lifestyle y Executive, aunque los equipamientos de cada uno son bastante cerrados. De hecho, el racional acabado Sport elegido para esta prueba no puede montar la suspensión adaptativa trasera -reservada a las dos terminaciones más caras-, y las opciones se agrupan en un paquete que por 2.000 euros nos acerca lo último en tecnología: avisador de cambio involuntario de carril, alerta de tráfico cruzado al recular, avisador de riesgos en el ángulo muerto, alerta de colisión frontal, freno activo en ciudad, lector de señales de tráfico y, por supuesto, navegador. Pero si no caemos en esa tentación, el precio de la versión Sport es de 24.500 euros, que ahora se queda en 22.200 con el descuento.

Opel permite elegir entre Selective y Excellence, siendo este último el de dotación más completa y el que hemos tomado como referencia para la prueba. Su precio, 25.200 euros, baja ahora a 21.482 gracias al suculento descuento. Dos son también los acabados disponibles en el 308, aunque Peugeot les dota de más equipamiento y, en este caso, creemos que la alternativa racional es la más asequible, denominada Active: 23.300 euros, rebajados ahora a 21.600 euros. Si queremos un extra de lujo, faros de led de serie, sensor de parking también en la parte delantera o navegador sólo tenemos que escalar al nivel Allure, que cuesta 25.350 euros, o 23.650 en estos momentos gracias al descuento.

Por último, Seat vincula su León Ecomotive a dos acabados también: Reference y Style. Y de ellos nos quedamos con el segundo, más completo y que apareja una factura de 24.100 euros, aunque la firma española anuncia actualmente 4.000 de descuento que pone su coche muy a tiro: 20.100 euros. O sea, la versión más asequible de las cinco comparadas.

En cualquier caso, conviene analizar en profundidad el equipamiento de serie de cada uno y el precio de las opciones, porque cada cliente es un mundo y cada coche también.

Dinámica mejorable en Astra y Civic

Si pasamos a los capítulos dinámicos aparecen también diferencias. Por ejemplo, en estabilidad, donde los cinco cumplen muy bien pero existen matices, pues el aplomo de Peugeot, Renault y Seat nos ha gustado mucho, y también el del Opel, aunque al límite transmite siempre más sensación de inercias por sus kilitos extra. En cuanto al Honda, es cómodo y suave, pero echa en falta una suspensión algo más firme, que contenga mejor los movimientos de la carrocería en curvas cerradas y asfalto ondulado. En su día probamos una unidad dotada del eje trasero autonivelante y nos convenció mucho más.

Si pasamos a los frenos, triunfo para el 308 con Civic, Mégane y León empatados por detrás a muy corta distancia. Y el Astra, una vez más, ve traducido su 'sobrepreso' en forma de metros extra para detenerse: más de 61 metros para parar por completo desde 120 km/h es demasiado, demostrando que un equipo de frenos generoso -tiene los discos más grandes- no lo es todo.

Y también hay distancias en lo referente a prestaciones, pese a que todos equipan motores turbodiésel de 1,6 litros. Para empezar, sus valores de potencia oscilan entre los 110 caballos del León y los 136 del Astra; aunque sobre la carretera influyen también el peso, el escalonamiento de los desarrollos del cambio -todos manuales de seis marchas- o el valor de par máximo. Unas cosas con otras, el más veloz de los cinco es el Mégane, cuyos 130 CV le permiten pasar de 80 a 120 km/h en 7,4 segundos usando cuarta y acelerar de 0 a 100 km/h en 10 segundos. Le sigue de cerca el Civic, que saca buen provecho de los 120 CV de su agradable mecánica, mientras que el tercer puesto le corresponde al Astra, con el recién estrenado 1.6 CDTI de 136 CV. Más tranquilos, pero también agradables, son el 308 y el León, que además de ser los menos potentes tienen los desarrollos finales más largos. Pero cumplen bien en general, salvo que viajemos a plena carga por zonas de montaña, donde reaccionarán con más pereza.

Pero el León nos compensa con un consumo real escandalosamente bajo: 4,8 litros de media real. Y se queda bien cerca el equilibrado Civic, que en la práctica clava los 5 litros. El 308 no se descuelga demasiado, pues ha registrado 5,5 litros en nuestro recorrido habitual, mientras que el Astra sube a 5,8 -tamaño y peso, de nuevo en contra- y el Mégane rebasa los 6 litros de media por los desarrollos más cortos, enfocados a realzar su brío en carretera.