He tenido la oportunidad de probar un C5 Cross Tourer y voy a intentar transmitir las sensaciones que he podido percibir al conducirlo en diferentes terrenos. Cuando ves esta versión de C5 Tourer por primera vez hay varios detalles que te llaman la atención a primera vista.
Su carrocería sobreelevada y los protectores delantero y trasero que nos darán la tranquilidad al meternos en caminos de tierra sin miedo a romper nada, las protecciones plásticas en los faldones que se integran en los pasos de rueda, las barras de techo gris, las llantas de 18 pulgadas y las carcasas cromadas de los retrovisores.
Esta versión Cross Tourer se fabrica en un Nivel 2 'Millenium' con el motor HDI 160 en caja manual de 6 velocidades y en caja automática, en cuatro colores de carrocería, Blanco Opaco, Blanco Nacarado, Gris Shark y Negro Perla.
La unidad que he probado disponía de caja automática la cual es muy versatil y se adapta automáticamente al estilo de conducción y al perfil de la vía (posición D) y también nos permite ir en modo secuencial (posición M). Dentro de la posición D podemos seleccionar el modo Sport o el modo Nieve.
El nivel de equipamiento de serie en este modelo es muy elevado como no podía ser de otra manera en un vehículo de estas características sobre todo a nivel de seguridad activa y pasiva. Por citar las más relevantes diremos que equipa ABS, EBD, ESP, TCS, múltiples airbags, dirección asistida, luces diurnas por LEDS, techo panorámico de cristal, barras de techo, paquete cromado exterior, climatizador automático de dos zonas, regulador y limitador de velocidad, ordenador de viaje, cuatro elevalunas, cierre centralizado con mando, cámara de visión trasera, sensores de parking delanteros y traseros, sistema de navegación con pantalla de siete pulgadas, bluetooth y puerto USB.
Y por supuesto el control de tracción inteligente que en este modelo ha sido puesto a punto de manera específica para mejorar la tracción en pistas de tierra, barro y nieve.
Suspensión Hidractiva III, la esencia de Citroën
Esta suspensión optimiza el equilibrio entre confort y comportamiento del vehículo en diferentes condiciones de circulación.
Desde el punto de vista técnico utiliza amortiguadores para limitar los movimientos de la carrocería y transmitir la carga a esferas llenas de nitrógeno que actúan como los muelles de una suspensión convencional. Los sensores del vehículo (ángulo de dirección de la rueda, la aceleración, el frenado, el movimiento de la rueda, etc) controlan la transición entre ajustes suaves y firmes en tiempo real con el fin de regular automáticamente la altura y la dureza en función de la velocidad y del estado de la vía por la que se circula.
Si se elige el sistema Sport, la conducción será más dinámica dando prioridad al control de la carrocería, sabiendo que vamos en un vehículo familiar donde no prima la conducción deportiva. A partir de los 70 km/h baja automáticamente la carrocería para disminuir la resistencia aerodinámica, esto para favorecer la estabilidad y el consumo. En cuanto al uso práctico puede bajar la carrocería por debajo de la altura normal para facilitar la carga del maletero.
Cuando afrontamos caminos difícles la carrocería puede subir 6 cm (hasta 10 km/h) ó 4 cm (hasta los 40 km/h) para superar obstáculos. Con la máxima altura ( 28 cm de altura libre al suelo ) es más alto que muchos SUV y afronta dichos obstáculos con igual o mejor facilidad que muchos de ellos.
Para los que pertenecemos a la familia Citroen y hemos crecido entre modelos de la marca tener en nuestras manos un modelo con suspensión «Citroen» es algo que siempre nos emociona.
La ventaja de esta suspensión es que su mantenimiento es menos costoso que los amortiguadores convencionales. Utiliza un fluido sintético con revisión a los 5 años ó 200.000 km. Durante este periodo apenas pierde cualidades, cosa que no ocurre con un amortiguador normal que pierde eficacia a medida que envejece.
Todo esto unido al control de tracción hace que apenas tenga dificultades. Dicho control incrementa la tracción en superficies resbaladizas y es más que suficiente para encarar los obstáculos que nos podemos encontrar en pistas de tierra, teniendo la situación controlada al igual que lo haría un SUV.
Cuando has probado este tipo de suspensión ya no te conformas con otra cosa.
Por tierras segovianas
Hicimos una escapada de fin de semana por tierras segovianas en familia. Nos encontramos con un vehículo familiar que nos permitió viajar cómodamente pues dispone de 5 amplias plazas así como de un gran maletero con 505 litros (bajo bandeja) que nos permitió transportar cómodamente el equipaje de toda la familia.
Es un vehículo muy rutero con un comportamiento inmejorable sobre el asfalto pues transmite una sensación de seguridad altísima, hay que mirar el velocímetro para darnos cuenta de la velocidad porque tienes la sensación de estar parado. En tramos de montaña, las sensaciones son un poco diferentes, hay mayor balanceo de la carrocería pero el coche entra en curva perfectamente y no se mueve un ápice. Cuando abandonamos el asfalto y entramos en una pista de tierra se mantiene la sensación de control, se desenvuelve magníficamente y lo más importante, si llegamos a zonas difíciles donde con un turismo normal no nos atreveríamos ni a acercarnos, con el C5 Cross Tourer lo afrontamos tranquilamente al igual que lo haríamos con cualquier SUV pues llegado ese momento elevamos la carrocería y gracias a la altura lograda y al control de tracción haremos el paso por zonas irregulares sin ninguna dificultad. Para mi representa perfectamente los valores de lo que el cliente de Citroën espera, comodidad, estabilidad y un buen equipamiento.
En conclusión, ha sido una bonita y agradable experiencia a bordo de un gran coche que me ha transmitido mucha seguridad y confort, más allá de definirlo como un Crossover, me ha demostrado que es capaz de pasar por donde otros no pueden ni intentarlo y me ha demostrado con creces que no tiene nada que envidiar a la mayoría de los SUV ( todocamino urbano ) que tanto éxito parecen tener en la actualidad.