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Hyundai i20. Subir el listón

Lejos queda ya el Getz que vio la luz en 2002, los primeros pasos de Hyundai en un segmento que ahora alcanza su plena madurez con la segunda generación del i20, un vehículo que protagoniza un salto cualitativo impresionante.

Nuevo en todos los sentidos

Muchos son los aspectos en los que suma puntos, como el diseño, la tecnología, el tacto general o una habitabilidad y maletero que le sitúan en el grupo de cabeza entre sus rivales. Pero también se ha trabajado en su dinámica y confort gracias al estreno de una nueva plataforma, un conjunto más ligero y hay recalibraciones que han salpicado tanto a la suspensión como a la dirección.

Por último, se rodea de cuatro motores ya conocidos, pero optimizados a nivel de par y emisiones (todos Euro 6), hasta que llegue el estreno del nuevo 1.0 Turbo tricilíndrico de 120 caballos, previsto para mediados de 2015.

Más grande y espacioso

Dicho esto el i20 es más vistoso y más aparente. Ha crecido 40 milímetros en longitud (hasta los 4,04 metros), otros 24 en anchura y disminuye en 16 milímetros su altura. Además aumenta 45 milímetros su distancia entre ejes, motivo por el que presume de una habitabilidad considerable en las plazas traseras.

El interior es muy agradable, con un volante multifunción regulable en altura y profundidad y hasta calefactado, y con un acabado bicolor o una consola central ligeramente orientada hacia el conductor. Presenta cuatro ambientes diferentes y hasta un generoso techo panorámico eléctrico. El conjunto se remata con un maletero de 326 litros, con doble fondo y rueda de emergencia de serie.

Cuatro motores disponibles

Bajo el capó no hay estrenos sonados… de momento. Las cuatro opciones mecánicas son viejas conocidas, pero revisadas como hemos mencionados antes. En gasolina recurre a potencias de 84 y 100 caballos, mientras que en diésel las opciones pasan por 75 y 90 CV. Salvo el gasolina de entrada, todos se asocian a cajas manuales de seis relaciones y el más potente también cuenta con una caja automática de cuatro velocidades por convertidor de par.

La nueva plataforma desde la que nace el i20 le otorga más rigidez y ligereza. La mayor aportacion ha sido la modificación del tren posterior, un eje torsional en el que se ha cambiado la ubicación de los amortiguadores, ahora por detrás del eje y en posición más vertical para resultar más efectivos.

En nuestra toma de contacto comprobamos que el i20 tiene una pisada más estable y confortable y que su nueva dimensión le permite alejarse definitivamente de la ciudad sin ningún complejo. El propulsor de 100 CV gasolina,  con admisión variable, resulta suave y agradable. Quizás le falte algo de empuje a bajo régimen, aunque recupera el carácter cuando sube de vueltas.

También rodamos con el 1.1 CRDI de 75 CV, de naturaleza tricilíndrica que se deja notar por su característico sonido y mayor rumorosidad, pero que responde con voluntad y hace gala de un consumo muy atractivo (homologa un gasto medio de 4,0 l/100 km). Por cierto, todos los motores pueden asociarse a un sistema «Start/Stop», solución que hay que solicitar bajo pedido.

Equipamientos muy completos

El i20 también hace gala de una dotación de serie muy generosa, con elementos tan poco vistos en este segmento como una alerta de cambio involuntario de carril, de serie en tres de los cuatro acabados con los que se comercializa este vehículo.

El i20 se pone a la venta en diciembre con un precio que parte desde los 14.750 euros en gasolina y los 16.450 en diésel, cantidades a las que se le pueden aplicar campañas de descuentos que llegan hasta los 4.500 euros.

Y destacar que antes del verano debutará el Hyundai i20 Coupé, un modelo que sin duda dará que hablar.