Ya hemos tenido ocasión de poder probar a fondo el Nissan Pulsar 1.5 dCi 110 CV Tekna, y decíamos que el retorno de Nissan al segmento de los turismos compactos encerraba sólidos argumentos, como un interior amplísimo, mucho confort o una relación entre precio y equipamiento encomiable. Tres virtudes aplicables también a su «hermano» de gasolina, dotado del motor 1.2 DIG-T de origen Renault -en Clio, Captur, Mégane y Scénic recibe la denominación 1.2 TCe- que también hallamos en las gamas Juke y Qashqai. A diferencia del motor Nissan 1.2 DIG-S de 98 CV empleado en Micra y Note, sobrealimentado por compresor, el 1.2 DIG-T lleva turbocompresor y anuncia 115 CV, potencia que, quizás, induce a pensar en un nivel de prestaciones más brillante del real.
Unas prestaciones más que razonables
Estamos ante una mecánica suave y muy progresiva -rinde la potencia máxima a sólo 4.500 vueltas y entrega un par de 19,4 mkg a 2.000- pero con poco nervio, lo que aún queda más patente por culpa de unos desarrollos de cambio largos: en sexta, 46,5 km/h por cada 1.000 rpm. En ciudad, vías periféricas o autopistas recorridas a ritmo tranquilo este Pulsar cumple perfectamente, incluso a plena carga, pero quien busque reacciones ágiles y clara sensación de empuje deberá esperar a versiones más enérgicas que pronto aparecerán. Incluso tiene más «punch» la variante diésel de 110 CV, que recupera de 80 a 120 km/h en 9,1 segundos usando cuarta por los 9,5 segundos de nuestro protagonista. Necesita 12,6 segundos con la quinta -13,7 el 1.2 DIG-T- y en 16,8 con la sexta -nada menos que 20,4 tarda el Pulsar de gasolina-. Y en arrancadas desde parado empatan, pues de 0 a 100 km/h ambos tardan 11,1 segundos. En cuanto a consumo, el dCi también toma la delantera, pues en su día le medimos un promedio de 5,0 l/100 km -anuncia 3,6-, y el Pulsar 1.2 DIG-T ha registrado en la práctica 6,9 l/100 km -anuncia 5,0-, que tampoco es mal resultado. De hecho, es bajo para un coche de gasolina de este tamaño, y lo parecería aún más si el depósito fuese más grande y permitiera más autonomía entre repostajes (616 kilómetros de autonomía con los 46 litros que caben en su depósito).
El precio puede inclinar la balanza
Además, comprar un Pulsar de gasolina apareja alguna ventaja más, como un precio 1.400 más contenido -toda la gama disfruta ahora de un descuento de 1.750 euros que deja a nuestro protagonista, con acabado Tekna, en 21.650 euros-, de modo que a los menos ruteros puede no interesarles la variante diésel. Y por si alguien piensa en usos mayoritariamente urbanos, el 1.2 DIG-T puede combinarse con un cambio automático (el 1.5 dCi no): el X-Tronic de variador continuo, por 1.200 euros y que sólo eleva el gasto medio oficial a 5,1 litros.
Del resto de apartados, reiterar lo dicho en su día sobre la versión dCi: plazas traseras sin igual en el segmento, maletero razonable -al abatir el respaldo trasero no queda plano el suelo-, acabado bueno sin más -algún plástico desentona- y más confort que eficacia o deportividad, pues la dirección es algo lenta y los frenos no pasan de correctos. En cuanto a la dotación, muchas versiones para elegir y todas bien equipadas.