Este tipo de vehículos siempre ha tenido una buena acogida por parte del público. Su aspecto poderoso y robusto, su buena visibilidad al volante y su amplitud son atributos muy valorados. Si a eso unimos una gama de motores eficiente, un confort de marcha sobresaliente y una dotación tecnológica sumamente sofisticada, no hay duda de que estamos ante un segmento en el que el Honda CR-V se mueve como pez en el agua.
No en vano, el modelo japonés es uno de los SUV más populares del mundo y ha calado hondo en el mercado europeo. En su última 'entrega' mide 4,61 metros de longitud y su aspecto es más dinámico. También el interior se ha modificado, rematándose con mayor calidad y funcionalidad. El cuadro de mandos es amplio y de fácil lectura, y cuenta con una función ECO que, por medio de colores, nos asesora fácilmente para que el consumo sea óptimo. Destaca, asimismo, la nueva pantalla táctil de siete pulgadas que preside el salpicadero. Las plazas delanteras son amplias y presumen de buena ergonomía. Detrás resulta amplio y confortable gracias a la generosa apertura de las puertas y a un piso totalmente plano que facilita mucho las cosas al ocupante de la plaza central.
Un gran maletero
Detrás el amplio portón, que presume de apertura y cierre eléctricos de serie con el acabado Executive Sensing, da paso a un maletero que cubica 589 litros. Si se necesita más, basta con accionar unos asideros y automáticamente los respaldos traseros se abaten, dando paso a un volumen que puede llegar hasta los 1.669 litros.
Bajo el capó, el CR-V apuesta por tres variantes, dos de ciclo turbodiésel y una más de gasolina. Sumamente eficientes, las tres cumplen con la normativa Euro6 en materia de emisiones.
La opción más económica y ahorradora es la versión de acceso en diésel. Se trata del atractivo 1.6 i-DTEC de 120 caballos de potencia que se asocia exclusivamente a un cambio manual de seis relaciones y sólo contempla tracción delantera.
El tope en diésel, 160 caballos
Si queremos mayor rendimiento desde ese mismo bloque se ofrece la posibilidad de disfrutar de 160 CV, con el atractivo extra de contar de serie con un sistema de tracción total. De esta manera se optimiza la dinámica y también nos permite afrontar alguna pequeña excursión 'off road'. Además, al cambio manual se añade la posibilidad de contar con una caja automática de nueve relaciones.
Por último, los que prefieran gasolina disponen de un 2.0 i-VTEC de 155 CV, también asociado a la tracción total y con posibilidad de elegir entre un cambio manual y otro automático, en este caso de cinco relaciones.
El CR-V presume de un chasis muy equilibrado y de una notable insonorización, aunque hay un aspecto donde lo borda, como es el relacionado con la tecnología enfocada a la seguridad de los ocupantes.
Prueba de ello es el denominado Honda Sensing, sistema que combina tecnologías tanto de radar como de cámaras para poder disfrutar de un control de velocidad adaptativo y un asistente de prevención y mitigación de impactos. Además, también contempla elementos como una alerta por cambio involuntario de carril, otra de tráfico cruzado en la zaga, un sistema de reconocimiento de señales de tráfico, luces de carretera inteligentes, una frenada de emergencia automática en ciudad… y lo último en materia de conectividad.