Tras los nuevos Mazda3, Mazda6 y CX-5, -llegarán además los MX-5 y CX-3- el turno de la renovación afecta ahora a su utilitario, el Mazda2, un modelo que en esta nueva andadura se desliga de Ford, ya que sus dos antecesores eran básicamente un Fiesta con diferente envoltorio. Esta jugada no le salió mal a Mazda, y en 2008 consiguió el galardón de -Coche del Año en el Mundo-.
El nuevo Mazda2 mantiene el patrón de diseño Kodo de sus hermanos mayores, algo que la vista agradece. En un coche destinado a lidiar en el tráfico urbano no me hubiera importado que contara con protecciones para la carrocería. Ganaría enteros con las luces diurnas LED de los Luxury, pero eso supone sumar 950 euros. Si bien, también añade faros Full LED, que seguro iluminan mejor que los halógenos, y tiene más opciones en seguridad.
Equipamiento de alta categoría
No quiere decir que este Style+ no cuente con todo lo necesario, pues de serie incluye aire acondicionado, botón de arranque, indicador de cambio involuntario de carril -sólo avisa de forma sonora y poco perceptible- o pantalla de 7 pulgadas a modo de tablet, que queda algo expuesta ante los amigos de lo ajeno, y que preside su salpicadero. Desde ella configuramos el vehículo, visualizamos datos del ordenador de viaje, el sistema de sonido o el navegador, una de sus pocas opciones. Es táctil en parado, pues en marcha se controla desde el intuitivo selector HMI que hay entre sus asientos y que aporta a este Mazda2 un toque 'premium', pues se asemeja al mando utilizado por marcas como Audi, BMW, Mercedes…
La presentación interior es muy atractiva, con llamativas salidas de ventilación y una instrumentación mitad analógica, mitad digital. No hay testigo de temperatura y el cuentavueltas es pequeño. Particularmente prefiero la configuración de otros Mazda, con un cuentavueltas ubicado donde aquí está el velocímetro.
Aunque carece de materiales acolchados, el acabado es bastante convincente y transmite solidez. También hay numerosos huecos para dejar pequeños objetos, y lo mejor de todo es que su habitáculo es amplio. Delante encontramos dos asientos cómodos, que recogen el cuerpo a la perfección, y detrás la cota que peor parada sale es la anchura, con 125 centímetros. Si bien es lo mismo que medimos a un Skoda Fabia. Esto hace que tres adultos quepan, pero no para aguantar más de treinta minutos.
El maletero gana 30 litros respecto a su antecesor, pero, cuando hay rivales que llegan a los 330 litros, el Mazda2 se ha de conformar con 280, una cifra sólo correcta. Encima, no ofrece rueda de repuesto, obligando a equipar kit reparapinchazos, el suelo no queda plano si abatimos los respaldos traseros y el tapizado debería ir mejor fijado al piso.
No hemos dicho que este Mazda2 es 14 centímetros más largo que antes y que su distancia entre ejes aumenta 8 centímetros. Y aunque es más grande, también es más ligero. Mazda se apoya en la técnica Skyactiv-Body para crear una carrocería en la que usan un 65 por ciento de aceros de alta resistencia -un 12 por ciento más que antes-, mientras que el 30 por ciento de ella está fabricada con aceros de ultraalta resistencia. Esto redunda en una rebaja del peso, del mismo modo que la rigidez se incrementa un 22 por ciento. Estas cifras reportan mayor seguridad ante impactos -consigue cuatro estrellas EuroNCAP- y un comportamiento más dinámico, si bien este último era un apartado donde sacaba pecho su antecesor. Pesa poco más de 1.000 kilos, tiene unos neumáticos acordes con el vehículo por sus dimensiones -185/65 R15– y además una dirección directa que nos permite divertirnos en el día a día, del mismo modo que mejora la maniobrabilidad en ciudad con un diámetro de giro de 9,4 metros, apenas 70 centímetros más que un Smart ForFour. Sólo si el asfalto no se encuentra en perfectas condiciones la suspensión trasera genera algunos rebotes molestos.
En el apartado dinámico, destacar que el Mazda2 frena con contundencia, aunque sorprende que recurra detrás a tambores.
Consumos muy contenidos de manera eficiente
Hubiera sido interesante probar este Mazda2 con el nuevo motor 1.5 Skyactiv-D, que rinde 105 CV y gasta 3,4 l/100 km, y lo haremos. Con este eficiente propulsor y el acabado Style+ de nuestro protagonista, el diésel cuesta 17.750 euros, que son 2.300 euros más, una cifra insalvable para muchos.
Más si tenemos en cuenta que este 1.5 Skyactiv-G anuncia un consumo medio de 4,5 l/100 km. Y como los números a veces mandan, decir que esa diferencia económica se amortiza a los 184.000 kilómetros, o lo que es lo mismo, tras recorrer 17 veces la distancia que separa Madrid de Hofu, en Japón, lugar donde se fabrica este Mazda2.
Para conseguir este consumo, además de un eficiente motor con inyección directa y que huye de la sobrealimentación, suma una elevada relación de compresión -14 a 1, la más alta en un coche de serie de gasolina-, y el sistema i-Stop de parada y arranque automático, que funciona realmente bien por rapidez y agrado.
Esto ayuda a firmar un consumo ajustado en ciudad, mientras que en vías rápidas sólo veremos bajar el nivel de combustible con mayor celeridad si sobrepasamos los límites legales. Hablamos de un gasto real de 5,6 l/100 km, sólo dos décimas por encima de un Hyundai i20 1.4 CRDI 90 CV, lo que pone en entredicho la supremacía de los diésel en consumo.
Acelera de maravilla, pues tiene una facilidad para subir de vueltas asombrosa, y en segunda velocidad supera los 100 km/h. A medida que ganamos ritmo pierde contundencia por unos desarrollos finales que se alargan en exceso para favorecer el consumo. Y es que la cuarta marcha de este Mazda2 es más larga que la quinta de un Mazda2 1.5 de 102 CV de la generación anterior -34,2 frente a 33,5 km/h por cada 1.000 rpm-.
Esto obliga a tener que reducir varias veces para afrontar adelantamientos con garantías, mientras que en sus rivales sobrealimentados sólo sería necesario pasar a cuarta o incluso pisar con energía en quinta. Pero sólo en algunos, pues un Renault Clio 0.9 TCe de 90 CV necesita 12,7 segundos para recuperar de 80 a 120 km/h en cuarta y 19,7 en quinta, registros semejantes a los obtenidos con este Mazda2.
Recurre a un cambio manual que sorprende por su excelente tacto. Y si no somos muy aficionados a cambiar, por 1.500 euros contamos con un cambio automático de 6 velocidadesque eleva el consumo homologado hasta los 4,8 l/100 km.
Si nos parece que corre 'demasiado' dentro de la gama del nuevo utilitario de Mazda hay una versión de 75 CV, y si es al contrario hay un 1.5 Skyactiv-G de 115 CV.