A la hora de escribir estas líneas, la plana mayor del equipo Mercedes estaba reunida con sus pilotos. Tratando con toda seguridad sobre el plan de emergencia y primeros auxilios tras el insólito final del Gran Premio de Mónaco. En este último caso, presentando a Lewis Hamilton todo tipo de excusas y ofreciéndole las futíles explicaciones tras la decisión de llamarle a boxes para una segunda parada. En el primero, preparando un plan de contingencia para dar la cara ante la opinión pública por un error a todas luces incomprensible, cerrar filas, y maquillar la imagen del equipo.
La carrera monegasca no ha añadido nada nuevo al paisaje del campeonato. El trazado del Principado encierra unas características únicas, poco extrapolables a otras pistas. Aún así, el W06 y sus pilotos se han mostrado infinitamente superiores en un trazado de baja carga aerodinámica y potencia de motor amortiguada. Sin embargo, la sorprendente decisión con Lewis Hamilton alcance su verdadera dimensión para el certamen en la recta final de la temporada, cuando los dos pilotos, se espera, se disputen un año más el título entre ellos.
Una decisión incomprensible de Mercedes
¿Bajo qué parámetros trabajaban los estrategas del equipo alemán? ¿Tan necesaria era una parada en boxes? Recordemos en 2011, cuando Vettel mantuvo pegados a su caja de cambios a todos sus rivales, con las gomas en las lonas. O cuando estas dos últimas temporadas, en los primeros compases, los monoplazas rodaban a ritmo de GP2 para cuidar neumáticos. Nadie podía pasar a nadie. Hamilton tampoco pudo con Vettel a pesar de contar con gomas nuevas para las últimas vueltas ¿Hasta qué punto las necesitaba, con su compañero de equipo como único rival en segunda posición?
Aunque Mercedes amortigüe el golpe, de poca ayuda será para Hamilton, quien toda la semana puso en evidencia el particular valor que otorgaba a la victoria en esta edición. Con dos títulos solo había logrado una victoria. Y cuando solo tenía que rematar el balón a la red, fue torpedeado por su propio equipo. Su madura y madura reacción quedó en las antípodas de sus exabruptos de 2011, tras sus problemas con Felipe Massa. Quién sabe hasta qué punto los diecisiete que ha perdido con Nico Rosberg le cuestan el título a final de año.
McLaren en los puntos. Alonso, fuera
McLaren logró por fin uno de sus objetivos a corto plazo: entrar en los puntos. Habrá que esperar a las próximas carreras para calibrar la progresión del MP4-30, obscurecida por los constantes problemas de fiabilidad sufridos por Alonso durante todo el fin de semana. «Hacer octavos o novenos, el ir dos décimas más rápido, dos décimas menos, me importa relativamente. Tenemos muchísimas cosas por hacer, tenemos que mejorar el motor, más prestaciones, la fiabilidad… Tenemos que mejorar la aerodinámica, que estamos un paso atrás…», explicaba Alonso al final de la carrera. Progresar no es solo mejorar prestaciones. Es también terminar carreras. Al menos Jenson Button lo consiguió.
Sainz rescató un punto
En Toro Rosso no podían estar muy satisfechos. Con dos monoplazas regularmente entre los seis primeros durante todas las sesiones libres, al final solo un punto cayó para el equipo italiano. Dos errores al margen del pilotaje en pista dejaron un botín menor para sus expectativas. El error de Sainz con el pesaje y el cometido por el equipo con Verstappen al parar en boxes parecían sentenciar el fin de semana.
Pero Carlos Sainz volvió a dar muestras de esa madurez e inteligencia que Jenson Button alababa la semana pasada en el madrileño para llevar su monoplaza hasta la décima posición final, puntuando por cuarta vez en seis carreras. Lástima que Verstappen cometiera un error fruto de su inexperiencia e impetuosidad que dio al traste con un magnífico fin de semana. De empezar ensalzándose en tantos medios por su talento por su actuación el jueves quizás se señale ahora cierta bisoñez. Pero si algo han dejado claro los dos pilotos de Toro Rosso es que, efectivamente, su historia y duelo se confirma uno de los puntos de interés de la temporada.
Y Merhi por fin batió a Stevens
Y para Roberto Merhi, la satisfacción de batir ampliamente a su compañero de equipo cuando las diferencias entre su monoplaza y el de Stevens se reducían ante la naturaleza del trazado monegasco. Lo que se esperaba, ni más ni menos.