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Hyundai Tucson. Equilibrio familiar

Cuando el Tucson lanzado en 2004 fue relevado seis años después por una nueva generación, el nombre no cambió en la mayoría de los mercados, pero sí en Europa, donde se optó por ix35. Y pese al éxito de este modelo, siempre en el 'Top 5' de ventas entre los SUV de talla media, Hyundai ha decidido recuperar la denominación original, lo que ayuda a reforzar la sensación de cambio en mercados como el nuestro.

Un cambio que es real, empezando por una imagen con más empaque que trata de situar al Tucson, a la venta desde este mes con precios a partir de 23.590 euros –los descuentos bajarán esa cifra-, un escalón más arriba. El tamaño exterior crece un poco, pues mide 448 centímetros de largo por 185 de ancho y 165 de alto -las cotas de un Nissan Qashqai son, respectivamente, 438, 181 y 159-, estirón que le sirve para cumplir mejor como SUV familiar, pues detrás caben bien tres adultos y el maletero pasa de los 465 litros del ix35 a los 488 del nuevo modelo si monta quinta rueda.

Bien acabado

Y el interior presume del diseño inteligente y ordenado que hallamos en recientes modelos de la marca coreana como el nuevo i20, pues todo está en su sitio, los mandos se agrupan con lógica, la instrumentación es clara, hay suficientes huecos para colocar cosas y la ergonomía se resuelve bien: visibilidad en todas direcciones, asientos cómodos… El acabado es bueno, pues resulta imposible encontrar piezas mal ensambladas o rebabas plásticas, aunque dista de ofrecer calidad 'premium' porque varias zonas carecen de superficie mullida, el sonido al tacto no irradia la robustez esperada y faltan detalles lujosos, como el forro de las bolsas de las puertas para que los objetos allí colocados no suenen. Y la palanca de cambio queda baja en relación al cofre central, un problemilla sea cual sea el tipo de transmisión elegido, pues con las cajas automáticas no hay levas en el volante.

En lo importante, sin embargo, nos ha convencido plenamente el Tucson, pues tiene un rodar suave y silencioso, con una suspensión que filtra, una dirección de acertado tacto y, en el caso de las dos versiones probadas, buena respuesta mecánica. Hablamos del diésel 2.0 CRDi de 185 CV y del 1.6 T-GDi de gasolina, con 177 CV gracias al turbo y vinculado al cambio de doble embrague y siete marchas. Prestaciones notables en ambos, pero nos habría gustado conducir la variante que copará ventas, con el diésel de 115 CV y tracción 2WD.

Correcto fuera de la carretera

Tuvimos ocasión también de probar el Tucson fuera de carretera -los dos motores 'gordos' sólo se ofrecen con tracción 4WD-, y aunque no parece ése su terreno ideal -la altura al suelo es de 17,2 centímetros- su movilidad en caminos es correcta, pues la tracción reparte con eficacia el par entre ejes -en condiciones normales pasa el cien por cien al tren delantero- y podemos bloquear el reparto en proporción 50:50.

Por último, en cuestión de asistentes encontraremos prácticamente de todo -bien de serie o en opción-, pues ahí el progreso sí nos parece radical.