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Skoda Fabia Combi 1.4 TDI 90 CV DSG. Un utilitario con 'trastero' de serie

España es diferente en muchos aspectos. Al sol y playa, la gastronomía, el dejarlo todo para última hora y la famosa 'siesta' se une la escasa expectación que levantan las carrocerías familiares, situándonos a años luz de otros países europeos en este sentido. Y si bajamos varios escalones y nos colocamos en este segmento es como si atravesáramos una especie de desierto.

El Fabia Combi es un claro ejemplo de ello. Este vehículo apenas cuenta con dos rivales naturales, el Seat Ibiza ST y el Renault Clio Sport Tourer, y lo curioso es que pueden pasar días e incluso semanas sin que nos crucemos o veamos alguno por nuestras calles o carreteras.

Presume de un maletero enorme

Dicho esto, el Fabia Combi es un vehículo muy agradable que, bajo un formato contenido en cuanto a tamaño, multiplica el sentido práctico al presumir de un maletero enorme. Respecto al Fabia estira el voladizo posterior 26,5 centímetros con el fin de ofrecer una capacidad de 530 litros. Digamos que, por 800 euros más, incrementa el volumen del maletero en 200 litros frente al cinco puertas, y en 100 respecto a sus principales competidores. El volumen de carga y el portón trasero son dos de sus principales bazas, de cara a la familia o el ocio, así que seguimos analizando esa zona. El respaldo trasero se abate por partes (60/40) de serie, salvo en el acabado de acceso, acción que nos permite introducir en caso de necesidad hasta 1.395 litros.

En esta auténtica 'cueva' encontramos detalles como un estor cubreequipaje que se repliega 'solito' tras darle un toque (no hay un sitio específico para dejarlo si lo desmontamos), huecos laterales, una toma de corriente de 12 V y hasta una rueda de repuesto. Sí hay que pagar 130 euros para incorporar un suelo de carga variable que nos pemite que el piso quede totalmente plano, acción que facilita las cosas al introducir objetos voluminosos.

Interior más amplio

Seguimos en el interior. El habitáculo goza de una presencia y una terminación más cuidada, aunque los plásticos son duros. Ha incrementado considerablemente la habitabilidad, siendo francamente buena en espacio para las piernas y en altura al techo. También es más generoso que antes en cota de anchura, aunque sigue siendo justo para acomodar a tres adultos, y hay que agradecer el esfuerzo que realiza Skoda por ofrecer multitud de detalles prácticos para incrementar nuestra comodidad.

En su amplia oferta mecánica nos decantamos por el propulsor 1.4 TDI de 90 caballos, la única opción diésel que se puede combinar con el cambio DSG que también lleva nuestra unidad. Este motor es tricilíndrico… y se nota a ralentí porque suena y vibra algo más. No queremos decir que sea molesto, ojo, pero sí menos refinado que un cuatro cilindros. Sin embargo, esa sensación desaparece en cuanto nos ponemos en marcha.

El cambio de doble embrague dispone de siete velocidades, incluso en modo Sport. Sinceramente no hemos detectado una gran diferencia entre ambos programas porque apenas varía el régimen de motor y en ambos casos apuran hasta las 4.000 rpm para subir de marcha. Si nos decantamos por cambiar de manera secuencial con la palanca (no hay posibilidad de levas en el volante) apura un poco más, hasta las 4.500 vueltas.

El rendimiento y las prestaciones están dentro de lo esperado. Es cierto que el cambio DSG 'disfraza' en cierta medida algunas de las 'carencias' que nos podríamos encontrar con la caja manual. Basta con pisar el acelerador y la respuesta es inmediata a cualquier régimen de giro. Quizás sea más brusco que un convertidor de par, sobre todo en maniobras de aparcamiento, pero es más rápido y transmite una sensación más deportiva en general.

De 70 a 110 km/ en 8,5 segundos

En carretera, a 90 km/h, el tacómetro apenas refleja 1.700 vueltas con la 7ª engranada y el consumo se sitúa por debajo de los 4,0 litros. Si necesitamos adelantar y pasar de 70 a 110 km/h, por ejemplo, lo haremos en 8,5 segundos y en sólo 215 metros, unas cifras de mérito. El consumo, como suele ocurrir con los motores tricilíndricos de pequeño tamaño, es muy atractivo en líneas generales, aunque se dispara 'más de lo esperado' si se le exige un tipo de conducción más dinámica.

El Fabia Combi presume, igualmente, de un gran equilibrio entre confort y eficacia gracias a su nuevo chasis. No es la nueva plataforma modular transversal MQB del grupo Volkswagen, pero sí que le permite incorporar nuevas tecnologías de última generación. Delante recurre a un esquema McPheson y detrás a un eje de torsión. Para neutralizar su mayor peso y capacidad de carga, los muelles y amortiguadores traseros ofrecen un tarado más firme.

También con un corte deportivo

En cualquier caso su pisada es confortable gracias a una suspensión más bien 'amable' en este sentido. Si se desea se puede optar a una de corte más deportivo (125 euros en la carta de opciones). Sí incorpora de serie la última generación del diferencial electrónico XDS+, un elemento que actúa sobre el eje delantero para incrementar la agilidad en el paso por curva. La nueva dirección electromecánica es más confortable que comunicativa, y nos han convencido las buenas distancias de frenado que ha firmado durante la prueba. Por cierto, los neumáticos 185/60 R15 los firma Nexen.

Nuestra unidad presume del acabado Style, el más completo de la gama. Su dotación de serie es generosa, aunque se dan contrastres llamativos. Por ejemplo: incorpora el Front Assist, elemento muy poco frecuente en este segmento que contempla una alerta de colisión frontal con función de frenado de emergencia automática. Y, sin embargo, hay que pagar aparte 85 euros si queremos montar unos frenos de disco traseros que sustituyan a los tambores.

Una pequeña anécdota en un vehículo tan práctico como poco conocido por aquí…