Llevamos tiempo hablando del proyecto Bloodhound SSC (Super Sonic Car), el cual se centra en el desarrollo del vehículo más rápido sobre la faz de la tierra, y donde están involucradas infinidad de marcas, entre ellas Jaguar, que entre otras cosas ha ideado diferentes modelos especiales (en estos enlaces tienes los Jaguar XJ y Jaguar F-Type), pues su imponente mecánica 5.0 V8 de 550 CV (aquí tienes la prueba del Jaguar F-Type R Coupé) se encuentra bajo esa carrocería de avión «sin alas», pues la «gracia» de esta proeza para la que se ha desarrollado este Bloodhound SSC, es alcanzar una velocidad supersónica, pero sin despegar las ruedas del suelo.
Con la turbina de un Eurofighter
Para semejante hecho se ha optado por equipar este vehículo con 13,5 metros de longitud de una turbina a reacción Rolls Royce EJ200, la misma unidad que emplean los aviones de combate Eurofighter Typhoon (en estos en realidad hay dos ejemplares como el que impulsan a este Bloodhound SSC). Se estima que genera una potencia de empuje de nada menos que 133.150 CV y para alimentar dicha turbina, los ingenieros del Bloodhound SSC han recurrido al mencionado propulsor 5.0 V8 del deportivo Jaguar F-Type R Coupé, el cual trabajará en su interior suministrando nada menos que 40 litros de carburante por segundo a la turbina.
Según estiman desde el departamento de desarrollo, se habla de una velocidad máxima que podría superar las 1.000 millas por hora, lo que vendrían a ser nada menos que 1.609 km/h, pulverizando el anterior récord de 1.228 km/h conseguidos por el Thrust SSC en el año 1997. En aquella ocasión también estaba pilotado por la misma persona que llevará este Bloodhound SSC, Andy Green.
Lo veremos en movimiento en agosto
Esas 1.000 millas por hora sólo demandarían 55 segundos de trabajo a máxima potencia de su turbina Rolls Royce, que consumiría nada menos que 2.200 litros de carburante. Para ello habrá que esperar a 2017, pero en breve lo veremos en marcha en Newquay, Reino Unido, donde alcanzará una velocidad de 322 km/h, básicamente para comprobar el buen funcionamiento de todos los sistemas. Ya en el mes de agosto de 2016, en el desierto del Sur de África ya intentará batir el actual récord de 1.228 km/h.