comscore

Hyundai Tucson 2.0 CRDi 136 CV. Camino sin fin

Una semana más seguimos con nuestro reto Tucson y sus 25.000 Km. Nuestro fiel compañero de aventuras no tiene un día de descanso y ya suma en su contador 20.505 Km. La aventura parece estar llegando a su fin, pero esta vez hemos tenido algo de diversión visitando ciudades y pueblos como Cuenca, Huesca o la costera ciudad de Barcelona. En cada uno de estos lugares hemos comprobado que su tracción 4×2 se sigue comportando de manera excelente y sus 136 caballos no se antojan escasos por muy cargado que vayas.

Y lo digo porque esta semana se han apuntado a la aventura más participantes con los que he podido comprobar algunas características que hasta ahora no habíamos visto. La semana pasada os comenté que no terminé muy contento con los consumos que registré en uno de los análisis y que volvería a medirlos con más precisión y cautela. Pues bien, no sólo me he limitado a volver a medirlos sino que encima los he podido comprobar con menor o mayor carga. Además, este último punto ha servido también para comprobar lo fácil que es llenar su maletero y la capacidad que tiene. Pero no me entretengo más y al lío.

¿Consumos desorbitados? Ni con 4 personas y cargado hasta arriba

Si hay algo del Tucson que me sigue sorprendiendo con el paso de los días es su consumo. Cierto es que dependiendo del recorrido, del tipo de conducción y las circunstancias climatológicas éste pueda variar pero aun así, nuestro fiel caballo de batallas sigue siendo un vehículo muy ahorrador. Y así lo he podido comprobar nuevamente durante los viajes de esta semana. Hasta ahora mis recorridos estaban siendo bastante cortos, con una duración que no pasaba de las 6 horas y una carga bastante ligera para la capacidad que el vehículo tiene. Pero esta vez he ido más allá.

Como decía en la presentación y las primeras mediciones que os expuse, el Tucson ya apuntaba maneras realizando un consumo en carretera de 6 -6,1 litros y de una décima más o dos si se utilizaba el control de crucero. Sin embargo, en las mediciones que le hice por ciudad (en este caso por Madrid) el contador se quedó solo en 5,8 litros. Algo que me pareció bastante raro pero que en su momento di por válido al ajustarse a las mediciones de la homologación. Sin embargo no terminó de convencerme nunca porque un turismo convencional sube el gasto en ciudad hasta un litro más que en carretera. Así que para el primer día de esta semana me quedé por Madrid y realicé los mismos recorridos y a la misma hora que en ese primer análisis. Y aquí pude comprobar que esas primeras notas estaban equivocadas porque el gasto subió, como era natural, hasta la cifra de valores que teníamos en mente. 7,1 litros, para ser exactos, fue el valor arrojado. No obstante he de decir que durante la marcha, que se efectuó por calles como Gran Vía, Paseo de la Castellana, Avenida Complutense, Bravo Murillo o el Paseo de la Habana, el consumo llegó a bajar en alguna ocasión hasta los 6,5 litros al haber un poquito más de claridad en el tráfico.

Una vez corregidos los datos continué con mis viajes, fijándome en todo momento en cómo éstos variaban si el vehículo se encontraba más o menos cargado. En el segundo viaje que realice, mis pasos se dirigieron a Cuenca. Para la ocasión tuve a dos invitadas con un equipaje ligero (dos bolsas deportivas) con el que realizar el recorrido. Con esta carga el Tucson se mostró igual de eficaz que siempre sin que el gasto medio de la conducción subiese de los 6,1 litros. Para el siguiente viaje con destino a Barcelona y con una carga de 4 personas con sus respectivas maletas, el consumo total tampoco subió, bajando incluso a los 5,8 litros de gasto medio. Así pues, para los que deseen saber el gasto medio que puede tener este vehículo, pueden hacerse a la idea de que rondará entre los 6,5 y 7,1 litros si hacemos un uso exclusivo en ciudad y entre los 5,8 y los 6,1 litros a los 100 kilómetros en carretera. Datos excelentes para un turismo de esta categoría.

Un maletero muy bien pensado

Antes os he hablado que en el viaje a Barcelona fuimos cargados hasta arriba pero no me he detenido a hablaros de su capacidad. Si nos fijamos en las cifras, su ficha nos dice que con el kit antipinchazos el volumen del maletero asciende hasta los 513 litros mientras que si optamos por una rueda de repuesto normal este espacio se reduce a 488. Nuestra unidad de pruebas lleva una rueda de repuesto normal, así que nuestro maletero cuenta con el espacio de carga «reducido». Y hago hincapié en esas comillas de reducido porque para nada es pequeño. Con cuatro personas y con un viaje de tres días, las maletas no suelen ser muy grandes. Sin embargo, alguno de mis acompañantes no sólo iban a pasar el fin de semana sino que volvían a casa después de pasar un tiempo al otro lado del charco. Esto supuso tener que cargar nuestro maletero con dos maletas tipo Trolley de unos 30 litros de capacidad, otras dos bolsas de mano y una mochila. En otro maletero esta circunstancia habría supuesto media hora de Tetris para colocar todo en su sitio sin que molestase nada, sin embargo en el Tucson no sólo pudimos colocarlo en un momento sino que encima nos seguía sobrando espacio para colocar algún que otro objeto más. Cabe decir que no tuvimos que quitar ni la bandeja replegable para colocar nuestra carga y que al tener una puerta trasera con una boca tan grande, maniobrar con las maletas fue muy sencillo.

Otra característica que me gustó mucho del maletero, y que no todos los fabricantes tienen en cuenta, fue la introducción de una luz de cortesía y una toma de corriente de 12 voltios para enchufar lo que queramos. Un detalle que pone de manifiesto la filosofía rutera con la que el coche ha sido diseñado.

Mucha visibilidad en cualquier circunstancia

Otro aspecto que aún no había comentado es la gran visibilidad que ofrece en todo momento. Ni la noche ni las inclemencias meteorológicas merman nuestra capacidad de observación cuando estamos a sus mandos. Gracias a unos potentes faros LED la carretera de noche se ilumina casi como si fuera de día, con un alcance bastante amplio con las luces de cruce. Al pasar de cortas a largas se nota el cambio de LED a halógena, sobre todo en el paso de una luz blanca a otra más amarillenta, pero en cualquier caso la iluminación permite ver lo que pasa a larga distancia. Además, esta buena visibilidad no termina ni con la lluvia, puesto que gracias a sus limpiaparabrisas evacuamos mucha agua, haciendo así que nuestra conducción sea más segura.

La buena iluminación no se queda sólo en el exterior del coche, en el interior también se aprecia una excelente luminosidad. Y eso se lo debemos en gran parte a la amplitud de su parabrisas principal así como las de sus ventanas laterales y el techo eléctrico panorámico. Cierto es que éste último es un extra, pero estoy seguro que sin él la visibilidad interior seguiría siendo bastante buena. Y no penséis que al llegar la noche os quedaréis sin ver nada, porque a diferencia de otros vehículos, el nuevo Hyundai Tucson lleva repartidos por todo su interior luces LED que iluminan tanto el habitáculo como la guantera.

Esto es todo por hoy. La semana que viene os seguiré contando más cosas de la vida interior en el Tucson y de las bondades de su techo eléctrico panorámico. Si queréis seguir viendo los lugares que visitamos no dejéis de estar atentos al Twitter y al Facebook de Motor16.