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Hyundai Tucson 2.0 CRDi 136 CV. ¿Nuestra última aventura?

Toda historia tiene un principio y tiene un final. Quizás, el final de ésta ha llegado demasiado pronto, pero como dicen por ahí «que nos quiten lo bailao». Hemos podido ver muchos rincones de España y con mucha historia, a la vez que comprobábamos las bondades de nuestro vehículo. En esta ocasión el recorrido que hemos realizado con el Tucson ha transcurrido por pueblos y ciudades como Medinaceli, León, Alcázar de San Juan, Cáceres, Brozas o Alcántara. 

Para esta ocasión, no sé si la última, mi análisis recorrerá los puntos más fuertes y los puntos más débiles que ha tenido el Hyundai Tucson durante estas semanas, prestando especial atención a todos sus elementos, ya sean del exterior o del interior. Pero dejémonos de peroratas y empecemos ya con el análisis del Hyundai Tucson.

Un diseño exterior con mucha personalidad

La nueva imagen del Hyundai Tucson nos gustó mucho desde el primer momento. Y es que el diseño que ha utilizado la marca para renovar este SUV poco o nada tiene que ver con el ix 35 al que sustituye. Ahora es un poquito más bajo (2 centímetros menos) pero a cambio ha ganado en anchura (3 centímetros) y en longitud (6,5 centímetros). Su aspecto en un primer momento me fue imponente, sobre todo porque yo pasaba de un pequeño utilitario con unas cotas bien distintas. 

La estética del Tucson me resultó innovadora con unas proporciones y unas formas fluidas que hacen que el primer contacto sea muy positivo, aumentando tu agrado a medida que pasa el tiempo. No obstante, el frontal es contundente pero no demasiado original, ya que utiliza la misma parrilla hexagonal que el Hyundai Santa Fe, el Hyundai i30 o el i40. Pese a que sé que ésto es un distintivo usado por las marcas para identificar a sus modelos, a algún cliente puede resultarle un poco molesto. Tiene nuevos faros tipo LED (recordemos que sólo para las cortas, las largas son halógenas) muy alargados, que parten de la propia parrilla y se prolongan hasta media aleta. El paragolpes incluye luces diurnas LED muy prácticas, aunque hemos de decir que su posición nos ha disgustado un poquillo, ya que quedan demasiado abajo y expuestas a posibles golpes al estacionar. 

Su perfil transmite mucho dinamismo. Los diseñadores han optado por un largo capó, y para ello han retrasado la posición del pilar A y han inclinado fuertemente el parabrisas, cosa que le ha venido fenomenal para que su interior resulte muy luminoso. La cintura es muy elevada y exhibe unas marcadas líneas ascendentes en forma de cuña que le dan un aspecto más deportivo al coche. Su parte trasera no se queda atrás. Las nuevas luces, que fluyen hacia los laterales, las marcadas líneas horizontales del portón y el nuevo paragolpes con la salida de escape doble dotan al conjunto de una armonía única. Tanto es así que en muchos momentos de nuestro viaje la gente se giraba a mirar el coche y en alguna ocasión nos han llegado a parar preguntándonos por él. Por tanto, su diseño exterior podríamos considerarlo como un punto bastante fuerte de este nuevo modelo a la hora de comprarlo.

Un interior con mucho espacio y muy bien terminado

En el interior lo primero que destaca es su espacio. Allá donde mires lo encuentras, creando un habitáculo muy cómodo en el que poder viajar de forma confortable. Esto se debe al aumento sufrido en las dimensiones respecto al antiguo ix 35, en el que se han mejorado los espacios para la cabeza, hombros y piernas. Otro aspecto que destaca del interior del Tucson es su tapizado. Pese a que nuestra versión (la Tecno Sky Safe) era de tela no echamos para nada en falta el cuero. Los asientos acompañan al tapizado con una ergonomía única en su clase. Con una dureza apropiada y un agarre lateral excelente, devorar kilómetros ha sido una gozada que hemos podido comprobar en nuestros numerosos viajes. 

El nuevo salpicadero, diseñado específicamente para este modelo, también me ha gustado mucho. Con una forma más clásica quizás que los nuevos i30, su aspecto a simple vista resulta muy bueno. Los materiales que usa tienen un tacto más que agradable y se hacen sumamente manejables en el día a día, sin llevarte esa sensación cuando te bajas de que has estado manejando un juguete. No obstante, la parte superior del panel podría mejorarse si en vez de utilizar un plástico duro se utilizase una goma blanda con efecto cuero como la que utiliza en su parte inferior. El volante y la palanca de cambios vienen forrados en cuero, lo que ayuda a tener una sensación de calidad duradera. 

Pero pasemos a hablar de su maletero. Nuestra unidad de pruebas, como ya os dije en el anterior artículo, lleva rueda de repuesto normal, así que nuestro maletero ha contado con el espacio de carga reducido a 488 litros. Si se cogiese con el kit antipinchazos, este espacio aumentaría hasta los 513 litros. Este hecho nunca supuso un problema, puesto que la buena distribución de su interior dejaba un espacio de carga bastante amplio. Y así lo comprobamos en el último de nuestros artículos.

Nuestro Tucson de pruebas también contaba con techo eléctrico acristalado, un complemento añadido a nuestra versión que nos ha dado mucho juego. Su utilización es muy sencilla y la luminosidad que gana el interior (pese a que ya la tiene buena) es apreciable. Su tamaño nos ha gustado mucho, llegando hasta el final de las plazas traseras. El cristal cuenta con un pequeño ahumado que en los días de pleno sol ayuda a mitigar sus efectos, preservando el habitáculo mucho más fresco que si no lo tuviera. Si por alguna razón nos cansásemos de dicho sol, el techo eléctrico acristalado cuenta con otra capa enrollable del color del interior para tapar completamente el techo y no molestar a sus ocupantes. Un detalle que en otros vehículos de la competencia no siempre se tiene. Cuando descubrimos el techo eléctrico inmediatemente se despliega en el frontal del mismo una pequeña redecilla que hace de paravientos, permitiendo que el ruido del aire no se introduzca al interior. Eso si, para que este invento funcione correctamente no podremos pasar de 100 Km/h.

En general, la terminación del conjunto interior me ha parecido muy buena con pocas cosas que mejorar salvo el citado plástico duro superior del panel de instrumentos. Por lo tanto, tanto su habitáculo así como su espacio interior son un nuevo punto a favor del Tucson.

Todo sobresaliente… salvo el navegador y las llamadas móviles

Pese a lo bueno que nos ha demostrado este coche cada día no todo en él ha sido perfecto. Y casi podemos dar gracias, porque sacarle pegas a este vehículo nos ha sido francamente difícil durante este tiempo. El primero de los fallos se lo tenemos que dar al navegador. Pese a tener una configuración y un manejo sencillo su efectividad en algunas ocasiones ha sido mediocre. A la hora de mostrar el recorrido, las señalizaciones se nos antojaron lentas y liosas, dudando siempre en el momento de elegir una salida en plena autopista, en las callejuelas de los pueblos etcétera. Los mapas están muy actualizados y salvo por la lentitud de sus directrices funcionan correctamente, aunque quizás echamos en falta la incorporación de los radares en su software.

Otra de las pegas que ya pusimos al Tucson fueron la realización de las llamadas. El bluetooth funciona correctamente, conectado tu teléfono a la primera y casi de manera inmediata. Su configuración es igual de sencilla, rastreando sin problemas tu unidad y vinculando tu móvil a la memoria. Sin embargo los problemas surgieron a la hora de realizar o recibir una llamada para hablar con otra persona. Si tiene suerte, te escuchará en una especie de balbuceo esotérico. Si no, directamente pasarán a colgarte y llamarte en otro momento. Hemos de decir que esta circunstancia no ha mejorado en ninguno de los viajes, puesto que en un primer momento llegamos a pensar que sería cosa de nuestro teléfono que no tendría buena cobertura. Al final pudimos comprobar que no era así y que se trataba del agún tipo de fallo provocado por la propia conexión o el micrófono.

Como apunte extraordinario en esto de los fallos, en el último viaje del Tucson el ordenador de abordo detectó que nuestro radar de proximidad (el que realiza las funciones de asistente en la frenada de emergencia) que algo andaba mal. Aun no sabemos si se ensució o sufrió algun tipo de daño en uno de nuestros viajes pero hasta que no realicemos la última comprobación mecánica (la que vamos a hacerle en estos días tras los 25.000 Km para comprobar si el desgaste del vehículo ha sido normal) no saldremos de dudas.

Hasta entonces estad atentos tanto a la revista como a la web en la que os terminaremos de contar qué ha pasado con nuestro coche, si a la larga resulta realmente fiable y si merece la pena su compra. Pero ¿será ésta nuestra última aventura con él?