Toyota celebró la segunda edición de las 24 Horas Híbridas en el remodelado trazado de Albacete y fuimos uno de los 42 pilotos entre periodistas y seguidores de Toyota en redes sociales en formar equipo, compuesto por siete integrantes.
El reto era dar el mayor número de vueltas en 24 horas con 125 litros de carburante -45 del depósito y cuatro garrafas de 20 litros cada una- y con una montura común, seis Toyota Auris hybrid.
15:00 horas y salida al más puro estilo Le Mans, disciplina donde la firma nipona brilla con su Toyota TS040 Hybrid, del cual se nutre para desarrollar sus modelos híbridos de calle.
Hay que reconocer que comenzamos con buen ritmo… Cambios de piloto fugaces -máximo 60 minutos por tanda-, repostajes fulgurantes y a media noche, cuando se aproximaba la lluvia, el primer cambio de neumáticos a un ritmo de 'pit-stop' de Fórmula 1.
La rivalidad era máxima y cada uno intentaba apurar al máximo el rendimiento del Auris hybrid, pero procurando no superar los 7 l/100 km, cifra que nos daría para completar las 24 horas y no desfallecer en una cuneta del circuito.
Había que dejar 'correr' al Auris hybrid en las curvas y no tocar el freno para posteriormente no obligar a recuperar esa velocidad a base de gas. Conducción eficiente, pero en circuito, palabras que parecen no casar en una misma frase.
Tuve ocasión de realizar la última tanda, pero al subirme al vehículo mostraba 'autonomía cero' y a correr con fe, pues íbamos terceros. El Auris hybrid se podía parar en cualquier instante y con todo ello recorrimos 84 kilómetros hasta pasar por meta habiendo completado 502 vueltas, a tres de la cabeza. Eso supone 1.782 kilómetros a menos de 7 l/100 km. Sin duda toda una proeza, pero pensando en la revancha.