Parece ser que finalmente el proyecto de sacar adelante una versión con un motor de combustión tradicional sobre el desaparecido Fisker Karma ha llegado a buen puerto. El resultado definitivo lo hemos podido ver en el Salón de Detroit.
Ahora la firma automotriz pasa a denominarse VLF Automotive, y en ella se ha incorporado el diseñador Henrik Fisker, que se une a Bob Lutz y Gilbert Villareal en este proyecto que ha dado como resultado un modelo denominado Destino y que cuenta con una mecánica convencional y no híbrida. También hay ligeros cambios estéticos si lo comparamos con el desaparecido Fisker Karma y aparece el nuevo emblema de la marca. Decir que este nuevo VLF Destino mide 4,99 metros de largo, 1,99 metros de ancho y 1,33 metros de alto. En su fabricación se emplean materiales de la industria aeroespacial y como opción aparece la posibilidad de ser equipado con un techo fabricado en carbono. Con todo ello, esta berlina deportiva tiene un peso de 1.950 kilos.
Personalizable al mínimo detalle
En su exterior también llaman la atención sus llantas de 22 pulgadas, que han sido equipadas con unos neumáticos 265/30 delante y 305/30 detrás. El cliente podrá personalizar su Destino hasta el más mínimo detalle, tanto dentro como fuera.
Bajo su capó ya no encontramos la mecánica híbrida de los Fisker Karma, sino un motor 6.2 V8 sobrealimentado mediante un compresor que lo hereda directamente de un Corvette ZR-1. Genera una potencia de 645 CV a 6.500 rpm y un par máximo de 820 Nm cuando gira a 3.800 rpm. Se combina con un cambio automático de 8 velocidades y gracias a semejante potencial puede acelerar de 0 a 96 km/h en 3,9 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 322 km/h.
Decir que su singularidad no va a salir barato a sus nuevos propietarios, pues su precio base partirá de los 229.000 dólares, casi el doble que el Fisker Karma híbrido original.
Este nuevo modelo será producido en la factoría que tiene la marca en Auburn Hills, Michigan.