Al lado del nuevo BMW X1 el anterior parece casi de juguete, y eso que el recién llegado es cuatro centímetros más corto. Pero la gran diferencia la encontramos en la altura, que pasa de los 1,54 metros del anterior modelo, cifra incluso menor que la de un Mini Countryman, a los 1,60 del recién llegado muy cerca ya de su hermano mayor el X3 y lejos del Mercedes GLA, más bajo que ninguno. Y también destaca su mayor anchura, que le ayuda a transmitir más agresividad y solidez. En resumidas cuentas, que BMW ha decidido que el X1 fuese más todocamino y menos turismo sumándose a la corriente que a día de hoy sitúa a los SUV con aspecto de todoterreno como el tipo de vehículos que más éxito cosechan en casi todos los segmentos.
Los ingenieros de BMW han tenido y han podido recortar la longitud del X1 por varios motivos. En primer lugar han podido porque han recurrido a una nueva plataforma (con tracción delantera o total) que lleva los motores en disposición transversal en vez de longitudinal con todo lo que ello supone a la hora de ganar centímetros dentro del habitáculo. De hecho el nuevo X1 ofrece más espacio interior y más maletero que el antecesor y supera a muchos de sus rivales en este aspecto. Y en segundo lugar, han tenido que hacerlo más corto para no aumentar innecesariamente el peso y posicionar al recién llegado a cierta distancia del X3 y no 'canibalizarlo'. Pero no ha sido suficiente ya que por presencia, espacio, prestaciones o precio el nuevo X1 supone una alternativa de peso frente a su hermano mayor.
Un gran salto de calidad
El BMW recién llegado sorprende por experimentar un gran salto de calidad y por un refinamiento de segmentos superiores en aspectos como la insonorización, el tacto de conducción, la presentación o el agrado de uso. Y destaca el gran desahogo que supone tener mayor altura interior y un túnel central no demasiado voluminoso fruto de la nueva plataforma. Para que os hagáis una idea, si al volante va un conductor de 1,86 metros sentado cómodamente, detrás quedan diez centímetros de sobra entre las rodillas y el respaldo del asiento si esa plaza trasera la ocupa otro pasajero de igual estatura. Unas cotas soberbias que no tienen nada que envidiar a las mostradas por el X3 que por otro lado solo dispone de 45 litros más de volumen para equipaje debido a unos pasos de rueda que invaden más la zona de carga y a una disposición mecánica que resta espacio.
Por 355 euros de sobreprecio el interior puede ser incluso más versátil gracias a un sistema que permite desplazar la banqueta trasera para ganar espacio en el maletero o reclinar los respaldos para que los pasajeros de atrás viajen más cómodos. Eso sí, al echar el asiento trasero hacia delante, queda un hueco que resulta imposible tapar con la bandeja que cubre el doble fondo bajo el piso. El maletero está especialmente cuidado y acentúa la sensación de que no se ha dejado nada al azar. Dos perchas, seis ganchos, una toma de corriente, una bandeja doble de gran calidad… Incluso opcionalmente se ofrecen interruptores que permiten abatir los respaldos traseros a distancia y un portón motorizado (532 euros) que se agradece.
Con lagunas de equipamiento
El X1 ha ganado en presentación y calidad, de eso no cabe duda, sin embargo en la versión básica echamos de menos algo más de equipamiento que sí llevan sus rivales. Por ejemplo lleva faros normales halógenos de serie, lo que ya es algo sorprendente cuando muchos de sus rivales llevan Xenón, y para montar faros Full LED hay que pagar 1.179 euros. BMW también deja como extra con sobreprecio el lector de CDs y si queremos instalar algún asistente de seguridad, de serie no lleva ninguno, habrá que pagar entre 887 y 1.775 euros. Eso sí, de serie lleva neumáticos runflat, llamada de emergencia inteligente y su garantía incluye 3 años o 100.000 kilómetros .
Nuestra unidad lleva opciones que aumentan el precio final hasta los más de 55.000 euros, muchas de ellas no merecen la pena pero otras, como la suspensión regulable DDC (591 euros), sí son recomendables. Nosotros la hemos llevado al límite y salvo un tacto algo artificial en autovía o autopista a velocidad de crucero, esta opción le otorga un aplomo excepcional, un paso por curva eficaz e imperturbable con trazadas precisas sin apenas balanceos y la facilidad que estos sistemas tienen para suavizar las reacciones cuando se elige la posición 'Confort'.
190 caballos y tracción total
Pese a que muchos seguidores históricos de BMW se han echado las manos a la cabeza, ahora se venden BMW X1 con tracción delantera e incluso con motores diésel de 3 cilindros, sin embargo el protagonista de nuestra prueba se mueve gracias al motor de 4 cilindros diésel Twin Turbo y 190 caballos y a la evolucionada tracción total xDrive, y a todos esos sufridores les queremos transmitir un mensaje de tranquilidad: el X1 xDrive 20d Automático es un BMW 'pata negra' eficaz y divertido. En circunstancias normales, el sistema manda toda la fuerza a las ruedas delanteras, aunque la distribución se modifica de forma variable cuando cambian la superficie de la carretera o las condiciones generales de conducción y el Control Dinámico de Estabilidad (DSC) lo detecta.
El sistema puede dirigir hasta el cien por cien de la tracción a un eje, el que tenga la máxima tracción sin que el conductor apenas lo note. Además, al primer signo de subviraje, se reduce la fuerza dirigida al eje delantero. Y si se detecta sobreviraje, el sistema xDrive dirige más fuerza al eje delantero. El resultado es un comportamiento muy eficaz en asfalto seco, fantástico en suelo deslizante y suficiente para salir del asfalto con garantías por caminos de dificultad baja y media. Y es que la altura libre al suelo aunque ha aumentado respecto al anterior X1 y con sus 183 mm supera ampliamente la de algún rival como el GLA de Mercedes, no permite muchas aventuras.
El motor sí que se muestra dispuesto a todo tipo de pruebas porque sus 190 caballos (6 más que en el modelo anterior), combinados con un cambio automático de 8 marchas y un peso total del conjunto bastante ajustado, permiten que el X1 se mueva a ritmos de GTI con consumos de risa. Es un propulsor silencioso y refinado que no obstante ofrece carácter y genio si se pisa el acelerador. Entonces sube hasta las 5.000 vueltas en un suspiro y admite una conducción especialmente ágil si además se aprieta la tecla mágica 'Sport' parando el crono en la aceleración de 0 a 100 km/h cinco décimas antes que en el X3 equivalente. En esas condiciones de conducción 'alegre' abusando de marchas cortas y llegando muchas veces casi al tope del acelerador, el gasto no supera los 8 l/100 km, pero si no hay prisa o ganas de ir así y además activamos el modo 'EcoPro', el consumo se reduce a una media de entre 6 y 7 l/100 km, una magnífica cifra para los 190 caballos.
Llegados a este punto dos críticas relacionadas con el cambio y la autonomía. Respecto al primero, no ofrece levas en el volante de serie ya que se cobran aparte en lo que BMW llama 'Cambio Automático Deportivo'. Y respecto a la autonomía, llama la atención que de serie el X1 cuente con un depósito especialmente pequeño de solo 51 litros ofreciendo de forma opcional otro de 61 litros por 59 euros.
Como hemos comentado anteriormente el X1 básico va un poco 'pelado' de equipo de serie aunque la marca asegura que casi todos los compradores se inclinan por el paquete 'Advantage' que cuesta 2.150 euros y ya lleva faros LED, navegador, control de crucero con función de frenado y control de distancia de aparcamiento. Un argumento más para seguir pensando en el X1 como alternativa al X3.