El Toledo es más grande que el León -22 centímetros extra-, tiene un maletero 170 litros mayor y es más barato: descuento incluido, y valorando las versiones 1.6 TDI -115 CV en el Toledo y 110 en el León- con el acabado básico Reference, el primero se queda en 17.340 euros, por los 19.860 del segundo. Y, sin embargo, Seat lo vende peor: de enero a noviembre, la familia León -tres carrocerías para elegir- totalizaba 29.985 unidades, contra las 2.784 del Toledo, que pertenece a un segmento de mercado -sedanes compactos- con escasa aceptación.
Pero la marca española sigue apostando por esta cuarta generación del Toledo, y lo hace con una actualización más profunda de lo que permiten intuir los leves cambios estéticos, centrados en ópticas, llantas o retrovisores, que integran los intermitentes. De hecho, es dentro donde varían más cosas, y si antes hablábamos de imagen austera, ahora se aprecia una positiva evolución. Son nuevos el cuadro de instrumentos, el sistema de climatización y los mandos de los elevalunas eléctricos -el conductor ya puede manejar las ventanillas traseras-, y hay una terminación más esmerada.
Más refinado
Los materiales siguen sin ser de primera, pero aparece una cierta impresión de refinamiento. Impresión que aumenta con el nuevo acabado Style Advance de la unidad probada, que por 1.000 euros extra respecto al ya completo Style suma llantas de 17 pulgadas, sensores de parking delante y detrás con cámara posterior, sistema Kessy de apertura y arranque sin llave, tapicería con secciones de Alcántara, pilotos traseros de LED y una parrilla frontal específica. La factura asciende a 23.250 euros, pero se anuncia una rebaja de 2.450 euros para esta versión, y el cliente puede asociar este nuevo diésel 1.6 TDI a acabados más asequibles, como el Reference o el Reference Plus.
Además, la dotación estrena sistemas de infoentretenimiento, con pantallas de hasta 6,5 pulgadas y nuevas funciones, como el Full Link. Y en cuestión de seguridad llegan asistentes como el Front Assist -con frenado automático de emergencia entre 5 y 30 km/h-, el freno multicolisión o el detector de fatiga.
Nuevo motor TDI
En el plano mecánico, novedades también, como este 1.6 TDI de 115 CV -Euro6- para relevar al más veterano 1.6 TDI 105. Es suave, suena poco y empuja mejor -potencia máxima desde 3.500 rpm-, aunque no 'despierta' hasta las 1.300 vueltas, y los largos desarrollos del cambio de cinco marchas -uno de seis le sentaría bien, o el DSG que sí ofrece el 1.4 TDI de 90 CV- no ayudan a camuflar ese carácter, que se traduce en recuperaciones lentas desde muy baja velocidad. Por contra, la aceleración desde parado es briosa, las maniobras de adelantamiento son aceptables -9 segundos para pasar de 80 a 120 km/h en cuarta- y el gasto real es bajísimo: 5,2 l/100 km.
Nuestra unidad, por cierto, equipaba Start&Stop, pero podemos prescindir de él para bajar 400 euros la factura. El chasis no varía, y una suspensión algo más firme se habría agradecido en esta versión, de cierto dinamismo.
La clave
Ya me convencía antes, pero ahora me gusta más, porque transmite mayor sensación de calidad gracias a ciertas mejoras de materiales y de diseño interior, y a un equipamiento donde hallamos tecnologías avanzadas. El nuevo 1.6 TDI de 115 CV gasta poquísimo, aunque el progreso en prestaciones me ha parecido 'justito'.