Ya hace unos meses, cuando pudimos ver las primeras imágenes del Sportage nos planteábamos la dificultad de renovar un modelo del impacto del Sportage; un coche que supone casi un tercio de las ventas de Kia en España, en el puesto 18 de los más vendidos en España en 2015, como nos comentaba Emilio Herrera, el máximo responsable de la marca. Porque hablamos, nada menos, que del coche que ocupa el puesto número 21 en el ranking mundial de ventas en 2015, nada menos que con más de 400.000 unidades vendidas.
Y plantearse su renovación debe dar vértigo; y generar dudas del tipo de ¿Y si no acertamos con el cambio? Por eso, para tenerlo todo previsto, en Kia decidieron poner todo en su 'niño mimado'. Y tras nuestra primera toma de contacto con el nuevo modelo podemos decir que les ha salido redondo. El mercado dirá lo que tenga que decir, pero han acertado con el cambio. Unos kilómetros con el nuevo Sportage convierten, inmediatamente al anterior en un modelo antiguo.
Calidad de acabados y materiales
Desde el primer momento el Sportage impresiona por sus maneras. El aspecto y la calidad de su interior nada más abrir la puerta. Los materiales utilizados en el salpicadero de tacto, acolchado y dureza de 'coche bueno', su amplitud pese a no haber crecido prácticamente respecto al anterior, su equipamiento que incluso en las versiones más básicas es muy completo no sólo en elementos de esos que te cuentan sino en los que se ven.
Es verdad que nuestro primer contacto, al subirnos al coche en el aeropuerto de Barcelona es con la versión más equipada; una gran pantalla táctil de 8 pulgadas, un surtido de botones para controlar climatización, radio, asientos calefactados, un volante pequeño de excelente tacto y con todos los mandos importantes en él o las levas con la que manejamos el cambio automático de 7 velocidades, nos dan idea de que este Sportage tiene mucho fundamento.
Pero es que tras bajarnos de ese, nos subimos en su opuesto, en la versión de acceso en diésel, con 115 caballos y con el equipamiento más austero. Y no sólo no desmerece sino que tiene un equipo y un aspecto que muchos envidiarían. Pantalla táctil de 7 pulgadas de serie con cámara de visión trasera, climatizador dual, arranque sin llave, son elementos que se ofrecen de serie en toda la gama. Los asientos son excelentes que permiten encontrar la mejor posición sea cual sea tu talla. En la parte de atrás se acomodan sin problema tres adultos que disfrutarán de un amplio espacio, con un tunel de transmisión casi plano y con salidas de aire y tomas de USB específicas para ellos.
En marcha gana mucho
Y si la evolución en el aspecto y la calidad es muy alta, cuando apretamos el botón que pone en marcha el Sportage, también hay un gran cambio. Si nos centramos en el motor diésel de 115 caballos (que será sin duda la gran estrella en cuanto a ventas de la gama) nos ha sorprendido muy positivamente. No es un motor nuevo y siempre le hemos reprochado su sonido y sus vibraciones. Pero aquí, sea por el motor o por el trabajo de insonorización y aislamiento del coche, el resultado es más que satisfactorio. Casi no llegan ni sonidos ni vibraciones al interior. Además, empuja con ganas y esos caballos que podrían parecer pocos sobre el papel son más que suficientes en el asfalto. La dirección es muy directa (nos gusta el tamaño del volante) y las suspensiones filtran muy bien y son muy agradables. El cambio manual de seis marchas es excelente tanto en guiado como en suavidad al cambiar; con una dureza justa para desmarcarse de aquellos muy rudos o de otros cambios fofos.
Pasamos del 115 a la versión inmediatamente superior, el 2.0 CRDI con 136 caballos ahora con cambio manual de convertidor de par. Un acabado GT Line más completo nos recibe: asientos de cuero en dos colores con reglaje eléctrico, techo solar… Mucho refinamiento. Y también se aprecia en el motor. Pero hemos quedado tan sorprendidos con el 115 que este 136 no nos sorprende salvo por su equilibrio y suavidad. Pero nos sobra con el 115. Además, el cambio de convertidor de par, muy suave y agradable, no deja sin embargo, apretarle las tuercas a este motor.
Y para terminar dejamos el principio. Es decir, las sensaciones con la versión más potente de gasolina, 177 caballos, que además estrena un nuevo cambio automático de doble embrague y siete marchas. Un motor potente y con mucho gancho y un cambio muy agradable que permite exprimir lo que lleva dentro. Además, cuenta con levas en el volante, que son el complemento perfecto para un conjunto mecánico de alto nivel.
Equipamiento de alto nivel
¿Qué más nos queda por decir? Pues que si Kia da con todo lo que tiene, también lo hace con un equipamiento tecnológico en cuanto a sistemas de seguridad y ayuda a la conducción de alto nivel. Y no hablamos sólo de las versiones tope de gama. A falta de concretar las versiones que lleguen a España, desde el más básico Sportage se ofrece asistente a la frenada de emergencia, sistema de mantenimiento de carril, control de descenso de pendientes, asistente automático de luces, limitador de velocidad, arranque sin llave, pantalla táctil de 7 pulgadas con cámara de visión trasera o Kia Connected Services.
Y en las variantes más equipadas se suman faros bixenón, detector de ángulo muerto, sistema de aparcamiento asistido, techo solar panorámico, cargador de teléfono sin cables, asientos delanteros ventilados y calefactados, portón de apertura automática, pantalla con navegador de 8 pulgadas o sistema de sonido JBL.
La gama del Sportage, a falta de sus niveles de acabado se conforma en torno a cinco motorizaciones, tres diésel con 115, 136 y 185 caballos y dos gasolina de 132 y 177. Variantes de tracción delantera y total, cambio manual de seis velocidades, automático de 6 relaciones con convertidor de par y de siete de doble embrague. Es decir, un abanico muy completo.
El precio es la guinda
Queda por hablar de detalles más prosaicos, pero que tienen una enorme importancia en el éxito de un lanzamiento como la garantía, que, por supuesto, sigue siendo de 7 años y el precio. Y aqui en Kia también ponen toda la carne en el asador. 18.000 euros es el precio de partida de la gama la versión 1.6 GDI Basic de 132 caballos (PIVE aparte) Y en diésel, el 1.7 CRDI de 115 con acabado Concept y sin PIVE cuesta 21.035. Y ese es un último argumento para pensar que este nuevo Kia Sportage va a por todas.