Hablar de híbrido es hablar de Toyota, marca que emplea esta tecnología desde 1997. Tras los Prius, Yaris y Auris es el turno del RAV4, que llega con nueva imagen y nueva mecánica, que combina un motor 2.5 VVT-i con otro motor eléctrico para proporcionar un total de 197 CV, suficientes para ofrecer unas prestaciones más que notables. Esta solución es la usada en los 2WD, pues también existen los 4WD que añaden un segundo motor eléctrico con 68 CV en su eje trasero. Estas versiones E-Four cuestan 3.000 euros más y también anuncian 197 CV de potencia máxima.
Versión de tracción delantera, la más demandada
Hemos podido conducir la primera, la que tendrá más demanda en nuestro mercado y transmite lo ya experimentado con otros híbridos de la marca, aunque con un nuevo formato, que no pierde funcionalidad y muy poco espacio -sólo el maletero se reduce 46 litros-.
Al volante es suave a ritmos tranquilos y se ayuda de su motor eléctrico para ganar velocidad y para circular sin gastar ni gota gracias a la función EV. No es enchufable y apenas podemos circular unos dos kilómetros como máximo en eléctrico. En carretera se defiende a la perfección y sólo perturba la calma el sonido de resbalamiento de su cambio CVT al ganar velocidad. Y eso que han trabajado en él y suma un modo secuencial con 6 velocidades.
En ciudad brilla con su bajo consumo, pero en vías rápidas el gasto real ronda los 8,0 l/100 km, ligeramente más alto que un 150D, 90 kilos más ligero que éste. Precisamente las versiones diésel están en su punto de mira y estos RAV4 Hybrid cuestan 2.990 euros más que los mencionados, cantidad que se asume por su tecnología y por equipar el cambio automático, no disponible en diésel.