Cualquier Ferrari con algo de historia es capaz de alcanzar precios de vértigo cuando sale a subasta y en este caso concreto sucederá algo semejante, pues la historia de este exclusivo Ferrari 275 GTS/4 NART Spider que nació en la factoría de Maranello en 1968 da como para ecribir un libro entero. Además será subastado por RM Sotheby el próximo 14 de mayo con motivo del Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1. Semejante criatura esperan alcance más de 19 millones de euros, pero ¿crees que los vale?
Este ejemplar fue vendido en Madrid
Para comenzar, hay que decir que este singular cavallino rampante luce la denominación NART o lo que es lo mismo North American Racing Team, unas ediciones exclusivas que fueron creadas entre Enzo Ferrari y el distribuidor de la firma italiana en Estados Unidos Luigi Chinetti. Decir que de estos Ferrari 275 GTS/4 NART Spider tenían previsto fabricar 25 ejemplares, pero finalmente sólo se produjeron 10 unidades y este ha sido el único de todos ellos que nunca ha salido del viejo continente, ya que el resto fueron vendidos en Estados Unidos.
Este ejemplar en concreto fue fabricado en Maranello en 1968 y su elegante carrocería diseñada por Pininfarina y fabricada por Scaglietti estaba pintada en un color Grigio Scuro, con un interior tapizado en cuero negro. Su chasis #11057 escondía un propulsor 3.3 V12 atmosférico con seis carburadores Weber y era capaz de ofrecer una potencia superior a los 300 CV. En febrero de 1968 fue entregado a su primer propietario, un coronel de la Legión. Si porque este exclusivo Ferrari fue vendido en Madrid por Tayre, mientras que unos años mas tarde fue vendido de nuevo a José Segimon y es cuando recibe su matrícula original: M 3249 BP.
Cambia de manos en varias ocasiones
Su segundo propietario lo disfruta hasta el año 1982, cuando es vendido a un coleccionista en Inglaterra, que decide pintarlo de color Rosso Ferrari. En julio de 1983 vuelve a cambiar de manos a un coleccionista en Suiza. Albert Orbist envía a este Ferrari 275 GTS/4 NART Spider a Maranello para una completa restauración que lo devuelve a su estado original, pero en 1995 lo vende a Bernard Carl, de Washington D.C. quien lo guarda en Reino Unido y nunca viaja hasta los Estados Unidos. Es en 2001 cuando decide pintarlo en este tono rojo y lo equipa con llantas Borrani, mientras que en 2009 lo vende a Lord Irvine Laidlaw a quien no le gusta su interior en cuero negro y decide tapizarlo en cuero de color crema, que al igual que el resto del vehículo está certificado por Ferrari Classiche.
Su ajetreada vida también ha dado para hacer algún que otro «cameo» en la gran pantalla y es que sale en «The Thomas Crown», película protagonizada por Steve McQueen, algo que también ayuda a incrementar su exclusividad. Y ahora queda saber el precio que alcanzará este ejemplar único.
