En 1980, la nueva normativa de la FIA obligaba a los constructores que quisieran competir en el Campeonato del Mundo de Rally a tener que homologar para poder circular por la calle, un número determinado de ejemplares calcados a las unidades de competición.
Sólo se fabricaron 207 para la calle
Bendita regulación, porque aquello supuso el que hoy podamos disfrutar de verdaderas joyas como es el caso de este Lancia 037 Stradale entre otros muchos. Este ejemplar que tienes ante tí es uno de los 207 que Lancia tuvo que homologar para la calle de su versión de competición, y el próximo 14 de mayo, RM Sotheby lo sacará a subasta en Mónaco, donde esperan recaudar entre 335.000 y 355.000 euros por él.
Precisamente en 1980 Lancia comenzó a desarrollar un digno sucesor para su Lancia Stratos HF, por lo que el fabricante italiano recurrió a Abarth, Pininfarina o Dallara. De esta asociación nació el Lancia 037, cuya versión «de calle» recibía la denominación Stradale. Este coupé contaba con un chasis tubular y este en concreto luce el número #063. Utilizaba soluciones como las suspensiones independientes en ambos ejes con brazos triangulares o un sistema de frenos ideado por Brembo, con cuatro discos. Sobre semejante chasis se colocaba su singular carrocería, la cual está fabricada con kevlar y fibra de vidrio para aportar la mayor ligereza posible.
Tiene un motor turbo de 205 CV
Tras sus dos asientos se posicionaba el corazón de los Fiat-Abarth 131, es decir un bloque de 1.995 centímetros cúbicos y cuatro cilindros, que en el caso de los Lancia 037 Stradale se acompañaba de un turbocompresor para generar una potencia de 205 CV. Contaba con una inyección firmada por Bosch y todo su potencial se enviaba a las ruedas traseras por medio de una transmisión manual de 5 velocidades.
Este ejemplar fabricado en 1982 se mantiene en condiciones excepcionales. Es de color rojo, su interior está tapizado en color oscuro y cuenta con todas la herramientas y manuales de la época. Además, sólo han recorrido con él menos de 33.000 kilómetros. Desde su última insprección apenas han rodado 300 kilómetros, y siempre se ha mantenido por expertos del departamento de competición de Lancia, lo que hace de él un ejemplar muy especial y valioso.