A falta de un día para terminar junio, 537 personas habían perdido la vida en la carretera desde que empezó el año. Son 35 muertos más que en ese periodo de 2015 y la suma más alta desde 2013. Cifras que la Dirección General de Tráfico quiere atacar intensificando la vigilancia y el control durante los meses de julio y agosto en los que se prevén 84 millones de desplazamientos, un 3,5 por ciento más sobre el año anterior, con 41 millones en julio y 43 en agosto.
Entre esas medidas, limitadas al territorio bajo el control de la DGT (no entran Cataluña y País Vasco) destaca la puesta en marcha de 60 nuevos radares ligeros, que podrán utilizar los agentes que van en moto para propiciar controles más ágiles y mayor vigilancia en las carreteras convencionales, puesto que van sobre trípode y se pueden colocar en múltiples ubicaciones.
A eso se añade un aumento de la actividad de vigilancia con los Pegasus en las vías rápidas, motivada por el aumento de la accidentalidad en esas vías, que acumulan 36 muertos más que el año pasado. Controlarán excesos de velocidad y uso de cinturón y móvil.
Nueva señal
Otra de las novedades es una nueva señal naranja de aviso de radar bajo la de limitación genérica de velocidad en los 300 tramos de vías convencionales sometidos a mayor control y vigilancia por acumulación de siniestros entre 2010-2014.
En cuanto a los grandes desplazamientos del verano, habrá dispositivos especiales de regulación y control del tráfico durante todos los fines de semana, intensificados los primeros de cada mes, el puente de agosto y el retorno del verano previsto para el último fin de semana del mes.
Con tres campañas intensivas: vigilancia de las condiciones de los vehículos (del 11 al 17 de julio), incremento de los controles preventivos de alcohol y drogas a cualquier hora y en cualquier carretera (puente del 15 de agosto) y cumplimiento de los límites de velocidad tanto en vías de alta capacidad como en las carreteras convencionales (la semana del 22 al 28 de agosto).