Nissan acaba de desvelar en el Salón de París la nueva generación del Micra, que inicia su comercialización en nuestro país a comienzos del próximo año y se fabricará en la planta que Renault tiene en la localidad francesa de Flins. Y es que este nuevo Micra comparte con el actual Clio la plataforma CMF-B y gran parte de la mecánica.
Motor 16 ya ha tenido oportunidad de conducirlo por carreteras españolas, concretamente en vías de todo tipo en la provincia de Lérida. Se trataba de dos unidades que conservaban aún todo el camuflaje exterior destinado a ocultar los rasgos definitivos de su carrocería, pero por dentro quedaba ya todo a la vista, y también sus mecánicas presentaban las características definitivas, puestas a punto en el Centro Técnico de Nissan en Barcelona.
Crece de tamaño y de calidad
Lo que más llama la atención es el aumento de talla, pues ningún Micra hasta ahora se había acercado a los cuatro metros de longitud, e incluso había 'navegado' en ocasiones entre los segmentos A y B. O, para entenderlo mejor, entre los Renault Twingo y Clio. Sin embargo, la quinta generación del utilitario de Nissan es un ?B? al cien por cien, pues rebasa los cuatro metros y eso se deja sentir positivamente tanto en el habitáculo, que gana amplitud, como en el maletero, claramente mayor que hasta ahora.
Y si el diseño externo tiene su propia personalidad, inspirada en el concept Sway y apartada de la que muestra el Clio, dentro también sucede lo mismo: instrumentación, asientos… Incluso la consola dispone la pantalla central y las toberas de aireación de manera distinta a como lo hace el modelo de Renault, pues la pantalla va más abajo en el Micra, y aunque eso obliga a apartar algo más la vista, también se aprecian mejor los detalles cuando hay mucha luz ambiental. Además, Nissan quiere cargar las tintas en el apartado de la personalización para que cada usuario pueda elegir el estilo de su coche, y no faltarán terminaciones que recuerdan a los más 'premium' y deportivos de su clase. En este sentido hay que destacar el buen acabado general, con materiales de correcta calidad y ausencia total de vibraciones o 'grillitos' al circular sobre mal firme. Lástima que ciertos plásticos tengan peor aspecto, como la cúpula que cubre la instrumentación, de un material algo pobre.
Aplomo de coche grande
Pero el tacto general de conducción es magnífico, pues hay aplomo de coche más grande y la rodadura queda bien filtrada. Nos pareció, en cualquier caso, que se había optado por una suspensión de reglajes suaves, tendente a procurar un alto confort más que a optimizar la deportividad, de modo que el balanceo en curva cerrada resultaba algo marcado. Pero esa comodidad se combina con nobleza y eficacia, y los ingenieros de Nissan pueden presumir de haber logrado un comportamiento general equilibrado. Además, las dos versiones conducidas no necesitaban un chasis exageradamente dinámico por su respectivo nivel prestaciones, satisfactorio sin más y pensado para usos urbanos o desplazamientos a ritmo turístico.
En primer lugar nos pusimos a los mandos del 0.9 TCe de 90 CV, dotado del tricilíndrico de gasolina turboalimentado visto ya en los Renault Twingo, Clio y Captur, y que se mueve con suficiente agilidad, aunque fue precisamente en el que percibimos una suspensión más suave. Y por debajo, el cliente encontrará la versión 1.0 (también tricilíndrica pero sin sobrealimentación), que rinde 75 CV.
En diésel, una respuesta consistente
La segunda unidad probada en tierras catalanas equipaba el motor diésel 1.5 dCi en su versión de 90 CV (este cuatro cilindros fabricado en España estará disponible también con 75 caballos), que nos causó mejor impresión todavía, tanto por una respuesta más consistente al acelerar (debido al superior par de esta mecánica) como por aparejar reglajes más firmes en el tren delantero para contener el mayor peso del propulsor de gasóleo.
Por último, hay que destacar también el generoso equipamiento que, bien de serie o en opción, llevará el nuevo Micra en el capítulo de la seguridad. Los modernos asistentes, como el que alerta por salirnos involuntariamente del carril, dependen ahora de una cámara en el parabrisas frontal, y no de una cámara posterior, lo que ayuda a optimizar su rendimiento, pues avisa de los riesgos sólo cuando es estrictamente necesario.