Si en tu cuenta corriente hay suficientes ceros precedidos de una cifra diferente a cero como para poderte permitir desembolsar 63.911 euros por un vehículo, considérate privilegiado. Si te sientes joven, tu corazón pensará en un Mercedes-AMG A45. Si te gusta la aventura, qué tal un BMW X5 xDrive 25d. Y si quieres presumir de berlina, un Audi A6 podría ser una opción interesante.
Mira por dónde, es hablar de dinero y de coches, y aparece el tridente alemán. Pero si en tu comunidad de vecinos te faltan dedos para contar los Audi, BMW y Mercedes que hay, busca una alternativa a esos A6, Serie 5 o Clase E sin pensar en el qué dirán.
Volvo ha regresado al segmento de las berlinas premium por todo lo alto con este S90 -en octubre llegarán los familiares V90, y en este caso concreto costará 66.411 euros-, un sedán que acaricia los cinco metros de largo y cuya imagen exterior impone desde el minuto uno. Se nota que está menos visto que la competencia, de forma que llama poderosamente la atención. Además, desde hace unos años Volvo ha perdido ese estigma de diseño aburrido y angular que le había caracterizado durante décadas.
5 personas 'a cuerpo de rey'
Esos 4,96 metros de longitud se traducen en un habitáculo verdaderamente amplio, en el que cuatro adultos de 1,85 metros viajarán sin problemas y acomodados en unos asientos fantásticos por sujeción, dureza, calidad… Incluso las plazas de los extremos traseros tienen una forma ideal para recoger el cuerpo, lo que repercute negativamente en el confort del ocupante central, que tiene frente a sí un inmenso túnel donde encontramos salidas de ventilación y una pantalla táctil para controlar la temperatura y la calefacción de los asientos detrás, ambos opcionales.
Como críticas constructivas decir que nos gustaría que los reposacabezas se pudieran regular en altura o que hubiera más espacio para los pies detrás, pues los asientos delanteros van casi pegados al piso del vehículo. Además, la capacidad y la terminación de su maletero no están a la altura del resto. Ahora bien, por 113 euros hay rueda de repuesto de emergencia.
Paramos en la gasolinera y con 60 euros llenamos su depósito. Comienza un viaje 'a cuerpo de rey', pues nada más acomodarte en el puesto de conducción, no querrás bajarte. Pones en marcha su propulsor, toda una obra de la ingeniera que pertenece a la nueva familia Driv-e de Volvo, en la que los motores gasolina y diésel parten de un mismo bloque de cuatro cilindros y dos litros. No busques más; éste, con sus 235 CV, es el más potente de toda la gama diésel. Y yo todavía estoy asimilando una potencia específica de 119,35 CV/litro.
Abruma la insonorización de su habitáculo, pues el propulsor es ruidoso desde fuera, pero dentro ni se siente. Pero si crees escucharlo, siempre podrás subir el volumen de su sistema de sonido opcional Bowers & Wilkins con 19 altavoces, que presenta una configuración capaz de producir un sonido calcado a la opera de Gotemburgo.
A día de hoy, un vehículo así se merece un selector de cambio del tipo 'by wire', pero Volvo sigue usando uno con conexión mecánica, de forma que al engranar marchas sentimos los saltos. Pero no te alarmes; pones D y te olvidas de volver a tocarlo. Ni siquiera echas en falta las levas en el volante, que sólo cuestan 182 euros. Y es que su cambio Geartronic de ocho relaciones se entiende a la prefección con su mecánica y nos obsequia con una gran suavidad. No es tan refinado como si tuviera seis cilindros, pero es un paso de gigante respecto a los anteriores motores de cinco cilindros de Volvo.
Los primeros compases sirven para familiarizarnos con su interior y, sobre todo, con su pantalla táctil de 9 pulgadas, desde la que se controla absolutamente todo. No desentonaría algún botón físico para no tener que recurrir con tanta asiduidad a dicha pantalla, o que se pudieran hacer dos tareas a la vez, porque incluso si mueves el asiento, la pantalla te lo muestra y en ese momento, por ejemplo, no puedes modificar la temperatura del interior. Por lo demás, roza la perfección, con una excelente ergonomía, pero con unos retrovisores exteriores tan grandes que restan visibilidad en los giros.
Cuatro cilindros, dos litros, un turbo…
Alguno estará pensando que es poca 'chicha' para 1.967 kilos. No te preocupes, porque potencia hay, aunque peso también. Este S90 hereda la plataforma SPA del XC90, y aunque utiliza partes de aluminio, no es tan ligero como sus competidores y eso se nota en su comportamiento dinámico, más de rectas que de curvas. Si te va mas la última opción puedes decantarte por los R-Design, con una puesta a punto más deportiva. Aunque también podrías equipar este Inscription con el chasis Four-C, que añade una suspensión neumática -detrás emplea, de serie, una ballesta transversal de material compuesto en vez de muelles- y que puedes configurar en tres posiciones: Eco, Confort y Dinámico. Además, esta versión D5 sólo se ofrece con tracción total, capaz de repartir su potencia equitativamente entre sus dos ejes gracias a su embrague de tipo Haldex fabricado por Borg Wagner. No es un deportivo, pero te lo puedes pasar realmente bien con este S90, que sorprende con unas buenas prestaciones.
Se ha quedado a un paso de las cifras homologadas, pero sus 235 CV y 49,0 mkg de par máximo empujan con energía. Acelera muy bien, ayudado de su cambio, cómodo, suave y rápido a partes iguales. Alcanza una velocidad punta de 240 km/h y adelantar es un juego de niños, pues basta pisar a fondo para que pase de 80 a 120 km/h en sólo 5,6 segundos, recorriendo apenas 159 metros. Es sólo un segundo más que el veloz Audi A6 3.0 V6 TDI de 272 CV.
Tiene un modo Eco -activa la función 'a vela' entre 65 y 130 km/h-, Start-Stop… Y todo sirve de ayuda para mimar el consumo. Los 4,8 l/100 km homologados son muy optimistas, y nosotros hemos medido 7,0 l/100 km, nada mal para su peso y potencia. A estas alturas ya habrás recorrido casi 860 kilómetros y va siendo momento de repostar. Cuando te vuelvas a poner en marcha piensa en activar su sistema AutoPilot, de serie, que conduce por nosotros siempre que tengamos las manos en el volante. Nos mantiene en el carril hasta 130 km/h y respeta la distancia de seguridad. Y es que la tecnología y la seguridad son otras de las cartas de presentación de este Volvo S90, una alternativa que debes tener en cuenta frente a los típicos alemanes.
La clave
Este Volvo S90 sorprende desde el primer minuto. La casa sueca se ha superado con esta berlina que te evitará dar explicaciones de por qué no has comprado uno de sus rivales alemanes. Y es que en España somos muy de 'sota, caballo y rey'. Ni las firmas premium se escapan al 'downsizing', y este S90 D5 equipa un cuatro cilindros de dos litros, aunque con 235 CV, suficientes para moverlo con alegría. Las suspensiones priman el confort y las curvas se le 'atragantan' un poco. Si priorizas el dinamismo elige el R-Design, pero si quieres viajar con el máximo confort esta es tu opción, pues incluso cuenta con un sistema que conduce por ti hasta los 130 km/h.