Me atrevería a asegurar que los diseñadores del C-HR han sido los que mayor libertad han tenido hasta ahora en Toyota al realizar su trabajo, excepto con una condición: que el resultado fuera muy llamativo. Por su aspecto podría parecer un pequeño matagigantes, pero en el fondo es un tranquilo híbrido que reserva toda su energía para proclamarse como el modelo que menos gasta de su categoría.
Descartadas en principio las versiones de gasolina 1.2 T de 116 CV con cambio automático o manual, y tracción 4×2 o 4×4, la gama española se limita al C-HR 1.8 VVT-I Hybrid de 122 CV con tracción delantera. Incorpora la tecnología híbrida más reciente de Toyota, inaugurada en el nuevo Prius. Siempre arranca en eléctrico y, si la batería está bien cargada, puede circular en modo EV -cero emisiones- durante cortas distancias y hasta unos 50 km/h, pisando suavemente el acelerador. La combinación de sus motores eléctricos y el térmico de gasolina le permiten homologar un consumo medio de combustible de 3,8 l/100 km -3,9 con llanta de 18 pulgadas-. Durante nuestra toma de contacto en un recorrido por carretera, autovía y ciudad, el ordenador de abordo certificó 4,8 l/100 km, que está francamente bien.
Revolución estilística
El Toyota C-HR no pasa desapercibido, pero su diseño se ha centrado mucho en la forma y menos en la función -tampoco la aerodinámica es lo más, con un discreto Cx de 0,32-. Elconductor tiene buena visibilidad hacia delante, pero muy reducida hacia atrás, pese a una posición de conducción más alta que en un Auris. El elevado marco posterior de las puertas traseras y el pilar C limitan asimismo la visión de los pasajeros de atrás, también recortada hacia delante por los reposacabezas de los asientos delanteros; y las manillas exteriores de apertura de las puertas están demasiado altas. A cambio, los pasajeros tienen bastante espacio longitudinal y vertical. No en vano la distancia entre ejes del Toyota C-HR es de 2,64 metros, igual que el Seat Ateca y un centímetro menos que el Nissan Qashqai, si bien estos últimos ofrecen más maletero. El C-HR tiene una vocación menos familiar que los dos modelos citados, pero se sitúa en el mismo segmento C-SUV.
La revolución estilística del C-HR también se aprecia en el interior, con el salpicadero más atractivo ofrecido hasta ahora por la marca japonesa, y con una cuidada ejecución. Asientos, tapizados y guarnecidos también emplean materiales de calidad e innovadores. Si las prestaciones son discretas, la suavidad de marcha y la progresividad son destacables, así como el tacto de los frenos y la dirección, con 2,7 vueltas de volante entre topes. La suspensión trasera de dobles triángulos de la arquitectura TNGA-C, su bajo centro de gravedad y su mayor rigidez -65 por ciento más, dicen- proporcionan un comportamiento muy evolucionado respecto al del Auris. A nivel de equipamiento todas las variantes incorporan siete airbags, climatizador bizona, control de crucero adaptativo, asistente de arranque en pendiente, llantas de aleación de 17 pulgadas, arranque sin llave, volante multifunción, Toyota Touch 2 (pantalla central de 8 pulgadas, Bluetooth, USB compatible con iPod y cámara de visión trasera), así como Toyota Safety Sense (aviso de cambio involuntario de carril, control inteligente de luces de carretera, reconocimiento de señales de tráfico y sistema de seguridad precolisión con detector de peatones). El Toyota C-HR también puede equipar sistema de aparcamiento automático, asientos calefactables, techo negro, sistema de sonido JBL…
Hablamos con Agustín Martín, Presidente y consejero delegado de Toyota España
«4 de cada 10 ventas son híbridos»
-¿Cuáles son las claves del Toyota C-HR?
-Sus puntos fuertes son la tecnología híbrida y el diseño. Podríamos haber hecho un coche como los demás, pero la decisión tomada en su momento fue implantar un diseño impactante que marcara su propio territorio. El C-HR es, además, una demostración de las posibilidades ofrecidas por la nueva plataforma TNGA (Toyota New Global Architecture), que permite hacer modelos tan diferentes como éste o un Prius.
-¿Y los objetivos?
-Para el C-HR somos ambiciosos. En España queremos vender 9.000 unidades al año, exclusivamente con motor híbrido; y con una tasa de conquista de clientes actualmente no usuarios de Toyota del 70 por ciento. Es un concepto de vehículo que pide como ninguno la tecnología híbrida.
-¿Cuántos híbridos venden en España?
-Prácticamente, el 80 por ciento de los RAV4 que vendemos son híbridos; de los Yaris, el 50 por ciento; y de los Auris, el 65 por ciento. Este año, el 40 por ciento de nuestras ventas en España, más de 24.000 unidades, serán de coches híbridos; y para 2020 el objetivo es llegar al 60 por ciento.
-¿Cómo evolucionan los hábitos de compra?
-El 45 por ciento de nuestras ventas son 'Pay per Drive', es decir, pagar por el uso mes a mes, y elegir qué hacer con el vehículo a los dos, tres o cuatro años: cambiarlo, devolverlo o quedárselo. Por ejemplo, el CH-R Advance está disponible desde 230 euros al mes.