Al actual X-Trail, un equilibrado SUV de 4,64 metros disponible con cinco y siete plazas, le faltaba un elemento para emular el éxito de su hermano pequeño Qashqai: un diésel más potente. Y es que ese tipo de motores supone casi la mitad de las ventas entre los modelos todocamino de talla generosa. Hasta ahora, Nissan ofrecía el 1.6 dCi de 130 CV como única opción de gasóleo -en versiones 2WD manual, 2WD Xtronic y 4WD manual- y un 1.6 DIG-T de gasolina con 163 CV -sólo con tracción 2WD y cambio manual-; pero la gama crece ahora con este 2.0 dCi de 177 CV -actualización de un propulsor usado por varios vehículos de la Alianza Nissan Renault- que da lugar a tres nuevas combinaciones técnicas: 2WD Xtronic, 4WD manual y 4WD Xtronic. Es decir, que por fin hay un X-Trail con tracción All Mode 4x4i -tiene programas de uso 2WD, 4WD Auto y 4WD Lock- y caja automática, aunque ésta sea de variador continuo, que va bien en ciudad o por carretera a ritmos tranquilos, pero se lleva peor con la conducción dinámica, pues genera más ruido al acelerar con ganas y eleva el gasto. En nuestro caso, terminamos el test del X-Trail 2.0 dCi 4WD Xtronic por carreteras y autovías a promedios turísticos con un consumo de 8,6 l/100 km, que es bastante.
El nuevo motor también es algo ruidoso, y apenas empuja por debajo de las 1.500 vueltas, pero entre ese régimen y las 4.300 rpm responde con brío. De hecho, las tres combinaciones mecánicas del 2.0 dCi pueden acelerar de 0 a 100 km/h en 10 segundos o menos, sinónimo de agilidad. Y el sobreprecio de este motor respecto al 1.6 dCi es de 1.500 euros, una cifra razonable.
Redondea el conjunto una carrocería amplia –maletero de 550 litros en el modelo de cinco plazas– y versátil -la segunda fila es corredera-, y con un completo equipamiento.