La primera revisión obligatoria del Focus hay que realizarla con 20.000 kilómetros o un año de vida, de manera que nosotros acudimos al concesionario por el primero de esos supuestos, ya que tan solo llevamos rodando con el coche poco más de un mes. En dicha revisión se cambia el filtro de aceite, que cuesta 16,11 euros, y el propio aceite, cinco litros de Castrol sintético Magnatec E 5W20 con un coste de 77,70 euros. La mano de obra de este cambio, y de toda una revisión programada que comprende 36 comprobaciones, queda fijada en 48,69 euros, por lo que la factura total de esa primera revisión asciende a 172,74 euros. Y tras dos horas y media nos vuelven a entregar el Focus mecánicamente listo para seguir rodando, y reluciente por fuera y por dentro. Pedimos que comprueben la puerta del conductor, pues al abrirla suena a veces un pequeño grillo en el tramo final del recorrido de apertura, pero en la revisión no consiguieron que el ruidito desapareciera. Lo habíamos detectado cuando el coche llevaba recorridos unos 6.700 kilómetros; no sonaba siempre, y tampoco era un ruido molesto que nos quitara el sueño, pero seguía ahí desafiante hasta que un día nos armamos con un espray de aceite multiusos y no paramos hasta que dejó de sonar. Salvo esta pequeña anécdota, lo cierto es que el coche no ha dado ni un solo problema durante estos primeros 20.000 kilómetros. Sí tuvimos que rellenar en una ocasión el líquido del limpiaparabrisas, y comprobamos que entraban casi cinco litros, una cantidad lógica llevando como lleva faros bi-xenon con lavafaros.
Un completo equipamiento
Y ya que hablamos de equipamiento, hay que decir que nuestro Focus con acabado Titanium cuenta con una completísima dotación de serie y también lleva una lista de equipo opcional que demuestra el despliegue de tecnología que Ford pone a disposición de sus clientes, incluso desde el Focus de potencia más modesta. Y es que la unidad de pruebas con la que estamos realizando nuestro test de fiabilidad lleva, entre otros dispositivos, navegador, sistema Sync2 con pantalla táctil de 8 pulgadas y control por voz -es de serie-, un equipo Sony con 9 altavoces, información de puntos ciegos, detector de vehículos en movimiento al circular marcha atrás, aparcamiento asistido, frenada de emergencia en ciudad, reconocimiento de señales, avisador y asistencia de cambio involuntario de carril, faros bi-xenon con iluminación adaptativa, monitor de conducción segura, asientos eléctricos de cuero y tela con calefacción y, ya como elementos de serie, climatizador bizona, acceso y arranque sin llave, sensores de lluvia y luces o llave con 'My Key' programable con limitador de prestaciones, control parental, etc.
Parte de este equipamiento está incluído en algunos paquetes cuyo precio suma alrededor de 3.000 euros, pero con el equipamiento de serie y sin esos packs su precio se queda en 19.400 euros con el descuento básico, o en 17.000 euros si aplicamos la promoción más completa de 5.100 euros, que obliga, por ejemplo, a financiar con la marca.
Y una curiosidad respecto al climatizador bizona del Focus que pocos usuarios habrán descubierto, y que detectó nuestro buen amigo Pablo en un análisis rutinario durante un viaje como copiloto: puede haber como máximo cuatro grados de diferencia entre la temperatura del lado del conductor y la del lado del pasajero. Es decir, que si el conductor ha seleccionado una temperatura de 20º y el pasajero pone después 26º, la temperatura del conductor será 'arrastrada' de forma automática hasta los 22º. Si, por el contrario, el copiloto ha elegido los 18º y el conductor quiere más calor, solo podrá poner hasta 22º, pues si la sube más empezará a variar la temperatura seleccionada por su acompañante. Hemos estudiado el climatizador bizona de otros modelos y la diferencia de temperatura entre las dos zonas no tiene límite; pero creemos que Ford lo ha diseñado así con buen criterio, para que el climatizador no enloquezca y el coche no gaste más.
En esta segunda parte de la prueba de fiabilidad el Focus 1.0 Ecoboost 125 ha viajado a Huelva, Portugal, Cáceres, Trujillo, Alicante, Ponferrada, El Ferrol, Zaragoza… Además, un día a la semana el coche se ha dedicado a circular por una gran ciudad, con todo lo que ello implica a nivel de consumo y uso intensivo de sistemas como el embrague, el motor de arranque o los frenos.
Una conducción que enamora
El gasto del Focus de gasolina con tres cilindros y 125 CV -133 reales en el último banco de potencia realizado- sigue bajando, pero ya menos, y se mantiene en cifras que están sorprendiendo a todo el equipo. Ya contamos que habíamos medido 5,8 l/100 km en un viaje rodando a 120 km/h de crucero en llano, y ahora hemos vuelto a rozar esa cifra al medir 5,9 l/100 km, esta vez con dos personas. Es raro ver más de 7 litros de media en el ordenador, ni siquiera en ciudad o en carretera cuando rebasamos los límites establecidos. De hecho, en circuito cerrado hemos medido 7,0 l/100 km a 140 km/h.
Y el aplomo y tacto de conducción del Focus sigue enamorando a nuestro equipo de probadores, cuyos miembros aseguran recorrer kilómetros y kilómetros sin cansarse. Prueba evidente de que no se cansan es que estamos llegando a los 25.000 kilómetros casi sin darnos cuenta. Será entonces cuando comprobemos de nuevo si la potencia ha aumentado, analizando el coche en las instalaciones de Bosch en Madrid, garantía de rigor y tecnología. También procederemos a realizar el último 'correvit'. Y, visto lo visto, somos muy optimistas con el resultado.