Con el lanzamiento del MX-5 RF (Retractable Fastback), Mazda pretende ampliar el radio de acción y llegar a los clientes que, sin renunciar al espíritu roadster, buscan el mayor confort acústico y térmico que brinda un coupé. Y lo hace con un sofisticado techo duro retráctil que le otorga ese atractivo diseño Targa.
El techo duro retráctil se pliega de manera eléctrica en 13 segundos, operación que se puede realizar en marcha, pero sólo hasta los 10 km/h. No hay cambios respecto a la versión Soft Top (techo de lona) en cuanto a tamaño, habitabilidad o capacidad de maletero, que cubica 127 litros.
Tampoco en cuanto a motorizaciones se refiere. Hereda las dos de gasolina atmosféricas ya conocidas, con 131 y 160 CV, si bien la novedad reside en la posibilidad de asociar la más potente a una caja automática con convertidor de par de seis relaciones, que incrementa el precio en 1.800 euros frente al manual.
El peso del MX-5 RF aumenta en cerca de 70 kilos, 45 debido al techo y el resto en refuerzos estructurales y equipamiento. Esto ha provocado reajustes a nivel de chasis, suspensión, dirección y frenos. De esta manera se mantiene la dinámica ágil y divertida de un modelo pensado para disfrutar. Damos fe de ello con la versión 2.0 automática, una delicia por prestaciones y sensaciones. Con el programa Sport activado y cambiando con las levas del volante, el sonido del motor engancha y el trabajo del diferencial autoblocante ayuda a enlazar curvas como si nada. Un juguete para mayores, sin duda.
