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Conducimos el Suzuki Ignis. Aventura urbana

Suzuki inicia la conquista de la ciudad con un nuevo utilitario, de dimensiones contenidas, enorme habitabilidad interior y un peculiar estilo de crossover, el diseño de moda en el sector del automóvil. Y además, lo adorna con características que lo desmarcan de sus competidores, como la posibilidad de que ofrezca tracción total o un sistema híbrido, ya visto en el Baleno, que aporta unos 4 caballos extra y mejora la eficiencia en el consumo. 

Y todo ello, utilizando una denominación clásica en la marca japonesa, que recupera el nombre de Ignis para este crossover cuyas primeras unidades ya están llegando al mercado, con un precio que con descuento de lanzamiento y promoción por financiarlo con la marca japonesa (2.000 euros de lo primero y 1.000 por la financiación) parte de 11.200 euros en la versión más barata y llega a los 14.450 euros de la versión más equipada. 

5 puertas y una gran amplitud

Con el Ignis, Suzuki quiere plantar batalla entre los SUV más urbanos, aunque no sea fácil, realmente, encontrarle rivales. En la marca japonesa hablan del Fiat Panda Cross o del Opel Adam Rocks como los modelos urbanos con un aire crossover más acusado. Pero frente a ellos, el Ignis ofrece una habitabilidad interior sorprendente si tenemos en cuenta que el Ignis mide 3,7 metros de longitud. Y también un maletero muy aprovechable, que oscila entre 260 y 373 litros de capacidad desplazando los asientos traseros los 165 mm que permite esta configuración. Y hablamos de un cinco puertas, con facilidad de acceso a esas plazas traseras que, por cierto, solo están homologadas para dos personas, lo que permite que puedan viajar con una anchura destacable. 

Hay mucha funcionalidad en el interior, con un aspecto sobrio y juvenil que permite combinar los colores exteriores también en el interior. Y cuenta con la consabida pantalla táctil de 7 pulgadas, similar a la que ofrecen el Vitara o el S-Cross que permite controlar funciones de navegación, audio… Y para conectar el teléfono dispone de sistema Apple Car Play y Android Auto, además de Mirror Link. 

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No es la tecnología de comunicación la única que ofrece este Ignis, porque la marca japonesa se ha preocupado de dotarlo de interesantes sistemas de ayuda a la conducción. Así, el modelo japonés cuenta con dos cámaras que permiten ir 'vigilando' permanentemente el entorno del coche -el vehículo que va por delante y las líneas de la carretera- y con esas cámaras realiza tres funciones, la asistencia a la frenada, la alerta por cambio involuntario de carril o el detector de fátiga. Eso si, en el acabado más alto.

Tracción total y un peso muy contenido

Y hay más tecnología en apartados dinámicos. Por ejemplo, en algo en lo que Suzuki es un clásico, la tracción total. El Ignis dispone de una variante con tracción total Allgrip Auto, que distribuye el par a las ruedas traseras automáticamente, cuando detecta que las delanteras pierden traccción. Es un sistema totalmente automático y que convierte a este modelo en un seguro de vida en zonas con mala climatología. Eso ayuda, sin duda, pero también la ligereza de este modelo realizado en aceros de alta resistencia y que ofrece un peso que oscila entre 810 kilos para la versión más 'delgada' y 905 en el caso de la variante de tracción total, la más pesada de todas.

Para mover el conjunto, en Suzuki optan por un único motor, de gasolina. Se trata del 1.2 Dualjet de 90 caballos, que mueve con soltura el Ignis. Además, hay una versión que cuenta con el sistema híbrido -solo disponible en versión de tracción delantera- que con esos 4 caballos extra proporcionados por una batería extra de 3 kWh apoya al motor de gasolina en momentos puntuales en función de la demanda sobre el acelerador. El resultado de esta versión híbrida es que mejora las prestaciones respecto a la versión normal (el 0 a 100 km/h lo hace en 11,8 segundos frente a los 12,2 del normal) y el consumo medio baja de los 4,6 a los 4,3 l/100 km. El cambio puede ser manual de 5 velocidades o automático también con 5 marchas. Y los acabados son dos, GLE (ya incluye ordenador de viaje, aire acondicionado, pantalla táctil o asientos delanteros calefactables) y GLX que suma faros led, navegación, doble cámara con sistemas de ayuda, control de velociedad con limitador, climatizador automático o arranque sin llave.

Ágil en ciudad

Todo esto, que en el papel suena muy bien, llevado al terreno cumple lo que anuncia. El Ignis es cómodo y manejable, se desenvuelve con fluidez y rapidez en el tráfico urbano y su ligereza le ayuda a ofrecer unas reacciones vivas. Aunque le falta algo de empuje al motor, que ofrece un par máximo de 12,2 mkg a 4.400 vueltas (el Panda Cross, que ellos consideran rival ofrece 14,7 mkg a 1.900 revoluciones por minuto), con lo que hay que andar jugando demasiado con el cambio si queremos andar ligeros por las calles. El cambio manual es agradable, lo que ayuda; y al tener solo 5 marchas no 'mata' las relaciones son más cortas.

Va bien de suspensiones, aunque con una cierta tendencia al balanceo y la dirección es precisa y los frenos son adecuados para el tipo de utilización que mayoritariamente va a requerir el Ignis. Y tal vez debería mejorarse la insonorización del interior; no es que sea muy ruidoso el motor pero el sonido de rodadura se traslada demasiado al habitáculo. Pero en cualquier caso, tras un recorrido por los alrededore de Madrid y el centro de la capital, el veredicto es favorable. El Ignis es un coche que, como buen Suzuki, apuesta siempre por la utilidad. Y eso, unido a sus características de crossover, serán las que determinen sus posibilidades de éxito.