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Peugeot 3008 Advanced Grip Control. Garras en la nieve

A veces, bajar una pendiente nevada es más complicado que subirla. Con sólo dos ruedas motrices, pero dotado del sistema Advanced Grip Control y neumáticos de invierno, el Peugeot 3008 supera ambos ejercicios con sorprendente eficacia, como hemos podido comprobar en una prueba extrema realizada por carreteras de los Alpes.

Peugeot lleva años utilizando su sistema Grip Control de ayuda a la tracción, que permite a modelos de dos ruedas motrices superar terrenos de baja adherencia dosificando el par motor trasmitido a las ruedas. Es, en definitiva, un sofisticado control de tracción, que trabaja en función de las circunstancias y con cinco modos de uso: Normal, Nieve, Todoterreno, Arena y ESP desconectado. El nuevo 3008 asocia al Grip Control su denominado Hill Descent Assist, o control de descenso, que amplía sus posibilidades de uso hasta el punto de permitirle bajar con total seguridad pendientes nevadas con desniveles superiores al 8 por ciento.

Un sistema muy eficaz para subir y bajar

El sistema Grip Control se asocia a neumáticos de contacto ContiCrossContact de medida 225/55, sobre llantas de 18 pulgadas de diámetro, y tiene un precio de 300 euros para los acabados Allure y GT, y de 700 euros para el acabado Active. Nuestro coche de prueba, un 3008 1.6 BlueHDi 120 CV de cambio automático, lleva delante unos Nokian WR SUV3 de invierno debido a la gran cantidad de nieve sobre las carreteras alpinas durante esos días. En tales circunstancias, y con el Grip Control en modo Nieve -activo hasta 50 km/h-, el comportamiento es seguro y progresivo, con muy buena direccionalidad en giros en los que algunos modelos tenderían a seguir recto. El 3008 también tracciona con facilidad en las arrancadas pese a la casi nula adherencia, y lo hace con soltura en función de cómo pisemos el acelerador, ya que el reglaje del sistema no corta la subida de revoluciones del motor, como es habitual en otros controles de tracción.

La prueba de fuego llega en el pronunciado descenso de una revirada carretera forestal, impracticable para un turismo convencional. Ahí activamos el pulsador del sistema Hill Assist Descent, que entra en funcionamiento sólo a velocidades inferiores a 30 km/h. Pero la pendiente es tan pronunciada que en muchos puntos hay que circular al paso de una persona. El sistema trabaja precisamente en función de la inclinación del terreno.

Entre un 5 y un 8 por ciento de desnivel, el Hill Assist Descent mantiene la velocidad en torno a 17 km/h; con desniveles superiores al 8 por ciento, se regula entre 3 y 17 km/h. Sin embargo, la velocidad de paso la elegimos nosotros mismos: si pisamos el freno a 16 km/h y lo soltamos, el sistema mantiene esos 16 km/h frenando selectivamente cada una de las ruedas, sin permitir que el coche se embale o pierda la trayectoria. Si lo hacemos a 13 km/h, baja a esa velocidad y la mantiene igualmente. La conducción se vuelve así extremadamente segura. A menos de 12 km/h, para situaciones extremas, es preferible poner el cambio en punto muerto -tanto si es automático como si es manual- y el sistema te deja caer muy despacio; el 3008 avanza lentamente, como si fuéramos caminando, pero siempre en la dirección que le marcamos, superando con precisión bajadas impensables.

La clave, la gran altura al suelo

Pero todo esto no sería posible con cualquier coche, aunque llevara el mismo sistema. La clave del 3008 son sus 22 centímetros de altura libre al suelo -hay 18 en un Qashqai, un Tiguan o un Ateca-, que le permiten avanzar sin empanzarse cuando la nieve llega a espesores tan gruesos.

Peugeot ha logrado con el 3008 uno de esos coches que apetece utilizar, un vehículo aspiracional no sólo por conducción, sino sobre todo por su exquisito ambiente interior, fruto de un diseño y unos materiales de gran calidad percibida. Y el sistema Advanced Grip Control está a su altura.