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Conducimos el Fiat 124 Spider. Aroma clásico

Fiat vuelve al segmento roadster para recuperar la tradición de conducir, de disfrutar de cada kilómetro y de que el viaje, el recorrido sea una experiencia por sí mismo. Y lo hace con el 124 Spider, uno de los modelos de la gama 'emocional' de la casa italiana. Con un estilo de 'coche clásico' y guiños al lápiz de Pininfarina como la parrilla hexagonal, los faros redondos o las dos nervaduras en el capó delantero.

Y características de roadster puro como la tracción trasera, su bajo centro de gravedad, el motor longitudinal o un perfecto reparto de pesos entre los dos ejes. Aspectos que se unen a un motor turboalimentado, que ofrece gran empuje y casa muy bien con el carácter de 'coche para conducir' sin tener que estar cambiando continuamente de marcha. Así lo hemos podido disfrutar durante un recorrido por la Costa Brava repleto de curvas. El motor es muy elástico y basta pisar el acelerador con decisión para apreciar un comportamiento seguro y muy divertido gracias a su ligereza y la relación peso-potencia de 8,03 kg/CV. La dirección es precisa, el cambio muy agradable y los frenos correctos. El trabajo en las suspensiones es destacable; vira plano, pero no es una tabla, ni se hace en absoluto incómodo.

Dos ediciones limitadas. 1.000 unidades

Y ahora, además, puede ser aún más exclusivo gracias a dos ediciones limitadas, de 1.000 unidades cada una para el mercado europeo. Una se llama América y la otra, Europa, y ambas cuentan con detalles especiales. La primera utiliza el color Bronce Magnético y la segunda, el Rosso Passione. Y suman detalles como llantas de aleación de diseño 'vintage', portamaletas en la parte trasera 'en el América' y un logo en la parrilla frontal. En el interior, la tapicería es de piel, en color tabaco en el primero y negra en el segundo. Ambos incluyen una placa numerada.