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Conducimos el Citroën C3 eco. El gas convence

Citroën busca con el GLP (Gas Licuado de Petróleo) una alternativa ecológica y económica a la gasolina o el gasóleo. Pero también garantizar que no se pierde ni agrado de conducción ni prestaciones. Y con este combustible, que además cuenta con la etiqueta 'ECO' de la DGT -lo que le permite circular por el centro de las ciudades incluso en los episodios de contaminación- lo ha conseguido.

El Citroën C3 ECO es clara muestra de esto, pues en el terreno monetario gracias al precio de este carburante, entre un 40 y un 50 por ciento menor que la gasolina, se rebajan los costes de uso de entre un 30 y un 40 por ciento.

1.2 PureTech de 82 CV

Para cumplir el objetivo de agrado de conducción y prestaciones se ha optado por utilizar la versión con el motor tricilíndrico 1.2 PureTech de 82 caballos, al que se ha incorporado una culata específica. El depósito de gas va ubicado en el lugar de la rueda de repuesto, con lo que no se pierde capacidad de maletero. Y el repostaje se realiza a través de una válvula de seguridad situada junto al tapón de la gasolina.

En marcha no hay cambios en el rendimiento. El coche arranca con el motor de gasolina y en cuanto se dan las condiciones de temperatura del GLP o del motor, pasa a gas. Hay una tecla, junto al mando de las luces, que permite cambiar en cualquier momento el tipo de combustible para circular con el que más nos interese, una transición que no se nota al volante.

Realizado sobre el acabado Feel, el más popular, este Citroën C3 ECO no pierde detalle ni de equipamiento ni tecnológico. Y los 1.500 euros de sobreprecio no son descabellados por los ahorros que genera el GLP.