Con el nombre de Sora (Sky Ocean River Air), el gigante automovilístico japonés ha bautizado su nuevo autobús eléctrico, un vehículo de transporte urbano con 10,52 metros de largo por 2,49 de ancho y 3,34 de alto cuya capacidad, al margen del conductor, es de 78 personas, de las que 22 podrán viajar sentadas. Aunque en el Motor Show de Tokio ha sido desvelado aún como ?concept?, el Sora es ya una realidad y Toyota está lista para fabricar las cien unidades que, como mínimo, prestarán servicio en 2020 durante los Juegos Olímpicos y Paralímpicos que acogerá la capital nipona. Se trata de un vehículo cien por cien ecológico, pues cuenta con dos motores eléctricos de 155 caballos cada uno que se alimentan de la energía generada por sendas pilas de combustible Toyota FC Stack, a las que llega el hidrógeno desde dos tanques que suman 600 litros y que se pueden recargar en cuestión de minutos en una hidrogenera. Con cada carga, la autonomía ronda los 200 kilómetros.
El proyecto Sora forma parte del plan de Toyota para reducir en un 90 por ciento las emisiones de dióxido de carbono de sus vehículos entre 2010 y 2050, y en la marca japonesa han tratado de que su autobús fuese también modélico en otros aspectos, como la amplitud o la accesibilidad, para lo cual se ha dispuesto un piso bajo que hace más cómoda la entrada y salida de pasajeros con problemas de movilidad o en sillas de ruedas. Además, incorpora ocho cámaras que controlan el interior y el perímetro exterior del vehículo para detectar peatones o ciclistas en sus cercanías, y en caso de peligro el conductor recibe señales acústicas y visuales de alerta. También adopta un innovador sistema de control de aceleración que suprime las reacciones bruscas al salir desde las paradas (los posibles tirones al cambiar de marcha también se han eliminado, sencillamente porque no es necesaria la caja de cambios) de modo que los pasajeros corren menos riesgo en esa fase en la que todavía pueden no haber encontrado un lugar donde colocarse.
Puntualidad garantizada
Pero el Sora va aún más allá, pues incorpora también un control de llegada automática, sistema que guía el autobús siguiendo las marcas viales de la calzada, corrigiendo la trayectoria gracias a la dirección automática e, incluso, deteniéndose en el punto exacto de la parada, con una distancia a la acera de entre 3 y 6 centímetros, y una gran precisión en el punto de parada, que no dista nunca más de 10 centímetros del ?objetivo?. Eso, por ejemplo, será clave para facilitar el acceso de personas con discapacidad o en silla de ruedas. Y de la puntualidad del servicio, que es norma obligada en cualquier transporte en Japón, se encarga el dispositivo ITS Connect, que emplea comunicaciones ?vehículo a vehículo? y ?vehículo a infraestructura? para posicionar constantemente el autobús, alertar de posibles peligros u obstáculos y darle prioridad de paso, por ejemplo, en zonas reguladas por semáforos.
El Toyota Sora Concept, que al cambio tiene un precio de 750.000 euros (el triple que un autobús urbano animado por combustibles convencionales) cuenta con una toma de recarga eléctrica de alta capacidad que le permite suministrar energía en caso de necesidad, como por ejemplo si se produce un desastre y no hay fuentes de electricidad operativas en la zona.