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Apollo Intensa Emozione. 0 a 100 en 2,7 segundos

Cuando estos días, todos los ojos están puestos en el singular Salón de Tokio, en Italia ha sido presentado este impresionante Apollo Intensa Emozione, que también podemos nombrar como IE para abreviar.

Estamos hablando de un superdeportivo que busca llevar al pasado a sus afortunados y limitados clientes, pues de está máquina sólo se van a fabricar 10 unidades, que tendrán un precio mínimo de dos millones de euros antes de impuestos.

Un corazón 6.3 V12 atmosférico

Para trasladarnos emocionalmente al momento de la historia en el que los superdeportivos no contaban con mecánicas híbridas, ni propulsores eléctricos, este Apollo IE apuesta por un sobrenatural propulsor 6.3 V12 atmosférico, el cual es capaz de generar la friolera de 780 CV de potencia cuando gira a 8.500 rpm y de 760 Nm de par motor a 6.000 rpm. Pero eso no es todo, porque este corazón es capaz de llegar a las 9.000 rpm para emitir música celestial por su sistema de escape con unos terminales de diseño futurista.

Y para intentar aligerar al máximo su peso, Apollo ha desarrollado un chasis monocasco que está fabricado por completo en fibra de carbono y que pesa tan sólo 105 kilos. Sobre él se instalan los bastidores, también de carbono, sobre los que se anclan las suspensiones, inspiradas en las usadas por los monoplazas de Fórmula 1 y que han sido desarrolladas por los especialistas de Bilstein. Son completamente regulables, cuentan con tres modos de funcionamiento (Comfort, Sport y Auto) y una altura variable entre los 110 y los 60 milímetros. También ofrecen un sistema para salvaguardar los bajos en badenes y otros momentos que eleva 50 milímetros más la carrocería hasta los 30 km/h.

Sólo pesa 1.250 kilos

Todo ello se oculta con una carrocería también de fibra de carbono (si la queremos con este material a la vista será una opción) que mide 5,07 metros de largo, 1,99 metros de ancho y 1,13 metros de alto, de forma que el conjunto se queda en unos ajustados 1.250 kilos de peso, repartidos en un 45% delante y un 55% detrás.

Sorprenden sus afiladas líneas, que nos recuerdan a las criaturas más extremas creadas por los chicos de Sant'Agata Bolognese, es decir, Lamborghini. Y también sorprenden sus puertas de «alas de gaviota» o sus innumerables apéndices aerodinámicos inspirados en el mundo de la competición, totalmente regulables y culpables de que circulando a 300 km/h, genere una carga de nada menos que 1.350 kilos.

Y esa velocidad se puede alcanzar sin problemas, porque semejante criatura necesita sólo 2,7 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h y hablan de una velocidad punta de 333 km/h.

Ahora bien, que a esa velocidad los 100 litros de combustible que caben en su depósito se los debe «beber» como si fuera agua.

Componentes de competición

Para transmitir todo el potencial al eje posterior, este Apollo IE cuenta con una transmisión secuencial de seis velocidades desarrollada por el especialista Hewland, pero la firma italiana ha tirado la casa por la ventana en cuanto a componentes se refiere, pues Brembo firma su poderoso sistema de frenos, con discos carbocerámicos de 380 milímetros, que son «mordidos» por pinzas de seis pistones delante y cuatro pistones detrás. Quedan ocultos tras unas exclusivas llantas forjadas y monotuerca desarrolladas por BBS, que se calzan con neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2 en medida 265/35 R20 delante y 325/30 R21 detrás.

Los asientos son meros cojines adosados a su chasis de carbono y están fabricados a medida para su conductor. Sólo se regula el volante y los pedales, y delante nuestro encontraremos una pantalla TFT de 12 pulgadas para mantenernos informados del estado de la máquina. A su lado hay otras dos de 5 pulgadas que hacen la función de espejos retrovisores, pues en su lugar hay cámaras.

La diversión al volante será absoluta, tanto como su configuración, pues permitirá regular la asistencia del ABS en 10 modos, el control de tracción en 12 programas, hay tres modos para la suspensión y también tres mapas para el 6.3 V12 atmosférico: Wet, Sport y Track.

Si quieres ser uno de los afortunados propietarios de semejante criatura, vas a tener que darte prisa, mucha prisa, porque seguro que vuelan en cuestión de horas.