Hace siete años que Dacia combinaba con éxito dos palabras de moda en el argot del automovilismo por aquel entonces: «low cost» y «crossover». Nacía el Duster, un todocamino compacto del que han vendido más de un millón de unidades, unas 70.000 en España.
Se trata de un modelo de referencia para ellos, por lo que pusieron el máximo cariño a la hora de actualizarlo, sobre todo a nivel estético, para no perder sus líneas maestras. Es cierto que todas las piezas de su carrocería son nuevas, que estrena luces diurnas LED -no de serie en todos-, que puede equipar llantas de hasta 17 pulgadas o que ofrece 147 accesorios para personalizarlo. Eso sin olvidar los dos nuevos tonos exteriores; Orange Atacama y Beige Dune, para un total de nueve.
Su interior gana
Pero es dentro donde más puntos gana, y eso que sigue abusando de plásticos duros pero con un tacto y unos ajustes mucho mejores. También su presentación está más ordenada, con una consola enfocada al conductor, mandos más a mano, sin pasar por alto un volante con regulación en altura y profundidad. Los asientos son nuevos y el del conductor estrena una regulación en altura mucho más lógica, apoyacodos y soporte lumbar.
En cuanto al espacio, se mantiene prácticamente igual, más que nada porque las dimensiones no han variado y también mantiene la plataforma B0 del anterior Duster, con una distancia entre ejes de 2.674 milímetros. Eso se traduce en espacio para cinco ocupantes y un maletero con 445 litros de capacidad, que quedan en 411 en los 4WD, pues estos últimos llevan la rueda de repuesto en el interior y no «colgada» por la parte inferior. Esto se debe a que suman el diferencial trasero y también una suspensión multibrazo.
Es de agradecer que haya una bandeja rígida para cubrir el maletero, 27,2 litros repartidos por el interior en pequeños huecos. Si bien sigue pecando en algunos detalles a mejorar, pero todo no lo podía tener.
Llega a España con cuatro motores, todos ellos usados en su antecesor. Decir que el 1.6 SCe tendrá una versión alimentada por GLP, de igual forma que el 1.5 dCi 90 estrena un cambio manual con 6 velocidades.
Probamos sus 125 CV de potencia
Tuvimos ocasión de conducirlo con el 1.2 TCe, un motor que mantiene los cuatro cilindros y tiene turbocompresor para ofrecer 125 CV, gracias a los cuales se mueve con soltura. Es agradable y se nota el mejor trabajo en insonorización, de igual modo que se agradece el mejor tacto de su cambio manual y, sobre todo, de la dirección, ahora eléctrica y variable. No es muy rápida ,3,1 vueltas entre topes, pero no requiere tanta fuerza como antes para mover el volante. Gracias a ello sorprende por su agilidad y por el confort de marcha, ayudado por unas suaves suspensiones que filtran todo lo que pasa bajo nosotros con una facilidad pasmosa.
Eso mismo le sucede al 1.5 dCi 110, opción ideal para quienes busquen el ahorro de cara al surtidor, porque en el recorrido obtuvimos un gasto de 6,4 l/100 km frente a los 8,6 del 1.2 TCe. Y eso que el diésel equipaba el cambio EDC de seis velocidades, una opción verdaderamente interesante para los «comodones» y que sólo puede equipar este motor.
Con 210 milímetros de altura libre al suelo y unos sensacionales ángulos de ataque, ventral y salida (30, 23 y 33 grados respectivamente), el Duster no le teme a abandonar el asfalto. Y si además optamos por los 4WD, mejor que mejor. Estos tienen tres modos de funcionamiento ?2WD, Auto y Lock, control de descensos
Dacia apuesta fuerte con este Duster, que ahora presume de equipamiento al poder ofrecer sensores de lluvia y luces, tarjeta manos libres, climatizador automático, sistema de visión 360 grados, seis airbag o sensores de ángulo muerto. ¿Ahora quién habla de low cost? Lo tiene todo a su favor, ayudado por los tres años de garantía ó 100.000 kilómetros, o por un precio de partida de 10.900 euros para el 1.6 SCe 115 Access. El resto de precios se conocerán en enero.