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Conducimos el Seat León Cupra R. Se busca piloto

Miércoles, 22 de noviembre de 2017. Mientras los primeros León Cupra R destinados al mercado alemán se están produciendo en la planta Seat de Martorell, un pequeño grupo de periodistas nos ponemos a los mandos de las unidades recién fabricadas. Nos toca el León Cupra R 002/799, es decir, el segundo de una serie limitada de 799 unidades: todas con carrocería de cinco puertas y a tope de equipamiento, 499 con cambio manual y 300 con cambio DSG de doble embrague. Junto a nosotros, un invitado de lujo, Jordi Gené, piloto de éxito en Fórmula 3000, Resistencia, Superturismos que trabaja para Seat Sport, y entre sus numerosas actividades está la de hacer vueltas rápidas en el circuito de Nürburgring, poniendo a punto las versiones más rápidas de la gama.

La cita es en la carretera de Rubió, Barcelona, un típico tramo de rallye en subida, con una zona rápida y otra algo más lenta. Está cerrado al tráfico para la ocasión, de manera que vamos a poder conducir en carretera como nunca lo hacemos. Hay que estar tan seguro de su producto como Seat lo está del Cupra R para montar una toma de contacto de estas características, con un nivel de exigencia absolutamente fuera de lo normal. Pero estamos ante un auténtico fuera de serie, capaz de aceptar el reto y superarlo con nota.

Si hasta Rubió hemos seleccionado el modo Confort del Seat Drive Profile, con una comodidad de uso poco común en un coche de 310 CV -300 en la versión con cambio DSG-, para el tramo elegimos el modo Cupra. Nada más accionarlo, el régimen de ralentí sube de 800 a 1.000 rpm, el sonido del motor cobra carácter y la centralita electrónica modifica la entrega de potencia, más agresiva. El ambiente se torna más radical, pero el tacto del volante en Alcantara sigue trasmitiendo la misma confianza como para arrancar en»Maximun Attack». Hay que sujetarlo con firmeza, porque el asfalto está ligeramente ondulado y el diferencial autoblocante VAQ tipo Haldex exige más atención. Pero cualquiera diría que las Michelin Pilot Sport Cup 2 llevan loctite en su compuesto; no patinan absolutamente nada.

1ª, 2ª, 3ª, 4ª A cada cambio, el escape petardea con un zarpazo de notas graves, y nos ponemos a 180 km/h. Empiezan las curvas, la mayoría de 3ª, y el Cupra R se inscribe sin vacilaciones hasta el vértice para salir 'pie a tabla', traccionando con una eficacia asombrosa. En las enlazadas, los cambios de apoyo no plantean duda. Este León R tiene vocación de coche de carreras: soportes de motor reforzados, dureza específica de amortiguación, puesta a punto de la dirección progresiva, vías unos milímetros más anchas, 2 grados de caída negativa en cada rueda con nuevas manguetas en el tren delantero. Todo casa para que la conducción sea extremadamente precisa y de una eficacia increíble.

El motor TSI 2 litros turbo de inyección directa se muestra pletórico a cualquier régimen

Pero arriba del todo estira 300 rpm más que el del Cupra, hasta las 6.500 rpm. 3ª, 4ª, 3ª, 2ª el cambio es preciso; y sus desarrollos, ideales para un vehículo que podrá compaginar holgadamente carretera, autopista e incluso circuito: 41 km/h a 1.000 rpm en 6ª. El conjunto es homogéneo, con una dirección milimétrica. Sólo el tacto del freno requiere cierta adaptación, muy asistido en su primer tramo. Pero el trabajo de los enormes discos de 370 y 310 mm de diámetro, Brembo taladrados los delanteros, es adecuado. Se va muy rápido y la última zona del recorrido tiene varias curvas de segunda. Al coronar el tramo y detenernos, humean lo suyo: misión cumplida.

Queda claro que se trata de un producto fuera de serie. Y si las altas prestaciones de conjunto son su nota más destacada, el impacto visual es enorme. El León tiene un diseño atractivo, que ha permitido un gran desarrollo estético y aerodinámico, con un 12 por ciento más de apoyo. Junto a los faldones específicos hay que destacar los elementos en fibra de carbono: spoiler, alerón, difusor y parte de los estribos. La pintura Gris Pirineos Mate opcional -2.680 euros- es mucho más espectacular en realidad que en foto, y combina estupendamente con las inserciones en color cobre de llantas, retrovisores y logos. El conjunto es de lo mejor y más exclusivo que se puede encontrar en esta poblada categoría de compactos extremos, a la que últimamente han llegado más rivales, como los Hyundai i30 N y Honda Civic Type R.